Hoy estaremos leyendo Job 29 y 30, 2 de Corintios 11:16-33 y el Salmo 119:107-121. En Job 29, Job recuerda con nostalgia los días pasados, cuando gozaba de respeto, prosperidad y la bendición visible de Dios. Habla de cómo ayudaba a los pobres, defendía al huérfano y era estimado por todos. En contraste, en Job 30, describe su dolor presente: es despreciado, afligido y siente que Dios se ha alejado. Su sufrimiento físico y emocional es profundo, y se pregunta por qué todo ha cambiado tan drásticamente.
Reflexiona: ¿Te has encontrado comparando tu presente con un pasado más fácil? ¿Cómo puedes mantener la fe cuando las circunstancias parecen ir en retroceso?
En 2 Corintios 11:16-33, Pablo continúa defendiendo su ministerio, enumerando las dificultades y peligros que ha enfrentado por predicar el evangelio: azotes, cárceles, naufragios, peligros de todo tipo y constantes preocupaciones por las iglesias. Reconoce que, si va a gloriarse en algo, será en su debilidad, porque en ella se ve la gracia de Dios.
Reflexiona: ¿Tienes la perspectiva correcta sobre las pruebas, viéndolas como una oportunidad para mostrar la fortaleza de Dios? ¿De qué manera puedes gloriarte en tus debilidades para que Cristo sea exaltado?
En Salmo 119:107-121, el salmista reconoce que atraviesa dificultades, pero busca vida y fortaleza en la Palabra de Dios. Pide comprensión para seguir los decretos del Señor y afirma que odia el camino falso, eligiendo en cambio el camino de la verdad. Declara que ha hecho justicia y espera la salvación del Señor.
Hoy estaremos leyendo Job 27 y 28, 2 de Corintios 11:1- 15 y el Salmo 119:92-106. En Job 27, Job mantiene su integridad ante las acusaciones de sus amigos. Afirma que, mientras tenga aliento, no hablará falsedad ni negará su justicia. Declara que el destino de los impíos, aunque parezca próspero por un tiempo, es finalmente destrucción. En Job 28, Job reflexiona sobre la búsqueda de la sabiduría. Compara cómo los hombres exploran las profundidades de la tierra en busca de metales y piedras preciosas, pero concluye que la verdadera sabiduría solo se encuentra en Dios. “El temor del Señor es la sabiduría, y apartarse del mal es la inteligencia” (v. 28).
Reflexiona: ¿Estás buscando la sabiduría donde el mundo la busca, o acudes directamente a la fuente, que es Dios? ¿Tus palabras y decisiones reflejan integridad incluso bajo presión?
En 2 Corintios 11:1-15, Pablo expresa su celo por la iglesia de Corinto, advirtiendo contra falsos apóstoles que se disfrazan como mensajeros de Cristo. Les recuerda que incluso Satanás se disfraza como ángel de luz. Pablo defiende su ministerio no con orgullo personal, sino mostrando su entrega y sacrificio por el evangelio.
Reflexiona: ¿Puedes discernir entre lo que es genuino y lo que es apariencia espiritual? ¿Tu celo por la verdad te lleva a confrontar el error con amor y firmeza?
En Salmo 119:92-106, el salmista reconoce que la Palabra de Dios es lo que le ha sostenido en medio del sufrimiento. Afirma que la ley del Señor es más dulce que la miel y que es una lámpara que guía su camino. Declara su decisión de obedecer los mandatos de Dios hasta el final.
Hoy estaremos leyendo Job 25 y 26, 2 de Corintios 10 y el Salmo 119:77-91. En Job 25, Bildad responde con un discurso breve, recordando la grandeza de Dios y la pequeñez del hombre. Afirma que nadie puede ser completamente justo delante de Dios, y que comparados con Su santidad, somos como gusanos. En Job 26, Job responde magnificando aún más la grandeza de Dios. Habla del poder creador de Dios sobre el cielo, la tierra y el mar, y afirma que todo lo que vemos es apenas el borde de Sus obras, un susurro de Su poder, pero que Su voz de trueno es inimaginable.
Reflexiona: ¿Eres consciente de la grandeza de Dios cuando enfrentas problemas, o tu mirada se enfoca más en las circunstancias que en Su poder?
En 2 Corintios 10, Pablo defiende su ministerio recordando que la guerra espiritual no se pelea con armas humanas, sino con armas poderosas en Dios para destruir fortalezas. Exhorta a llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo y a no gloriarse en uno mismo, sino en el Señor.
Reflexiona: ¿Estás enfrentando tus batallas con estrategias humanas o con armas espirituales? ¿Estás dispuesto a que tus pensamientos se alineen por completo con Cristo?
En Salmo 119:77-91, el salmista clama por el consuelo y la misericordia de Dios, deleitándose en Sus enseñanzas. Afirma que aunque lo persiguen y lo afligen, permanece firme en Su Palabra. Reconoce que la fidelidad de Dios es eterna y que la tierra está llena de Su amor.
Hoy estaremos leyendo Job 23 y 24, 2 de Corintios 9 y el Salmo 119:62-76. En Job 23, Job expresa su profundo deseo de presentar su causa delante de Dios. Reconoce que no puede encontrarlo físicamente, pero confía en que Dios conoce el camino que él toma, y que al ser probado, saldrá puro como el oro (v. 10). Su anhelo de justicia y su seguridad en la integridad de su corazón son firmes.En Job 24, Job reflexiona sobre cómo muchos malvados parecen prosperar y evadir el castigo. Habla de los abusos, injusticias y opresiones que existen en el mundo, preguntándose por qué el juicio de Dios parece demorado. Sin embargo, deja claro que la maldad no quedará impune para siempre.
Reflexiona: ¿Estás dispuesto a confiar en la justicia y el tiempo de Dios, incluso cuando no ves respuestas inmediatas?
En 2 Corintios 9, Pablo enseña sobre la generosidad voluntaria. Nos recuerda que Dios ama al dador alegre y que Él es capaz de proveer abundantemente para que tengamos todo lo necesario y sobreabunde en buenas obras. La generosidad no solo suple necesidades, sino que también produce gratitud y gloria a Dios.
Reflexiona: ¿Das con alegría y fe, confiando en que Dios suplirá lo que necesitas? ¿Ves tu generosidad como una forma de adorar?
En Salmo 119:62-76, el salmista describe su compromiso de agradecer a Dios incluso en medio de la noche y su decisión de ser amigo de todos los que temen al Señor. Reconoce que las aflicciones han sido una escuela para amar más la Palabra, y pide al Señor consuelo según Su promesa.
Hoy estaremos leyendo Job 21 y 22, 2 de Corintios 8 y el Salmo 119:47-61. En Job 21, Job responde a sus amigos cuestionando su creencia de que los malvados siempre sufren en vida. Señala que, muchas veces, los injustos prosperan y mueren en paz, mientras que los justos enfrentan sufrimiento. Con esto, Job desarma la lógica simplista de que todo dolor es consecuencia directa de un pecado personal.En Job 22, Elifaz acusa a Job injustamente, exhortándolo a arrepentirse para que Dios lo restaure. Aunque sus palabras contienen principios verdaderos —como buscar a Dios y apartarse del mal—, su error está en asumir que Job sufre por una culpa oculta.
Reflexiona: ¿Eres rápido para juzgar la causa del dolor ajeno? ¿Buscas entender el corazón de la persona antes de dar un consejo?
En 2 Corintios 8, Pablo anima a los creyentes a destacarse en el don de dar, tomando como ejemplo a las iglesias de Macedonia que, a pesar de su pobreza, dieron con generosidad y gozo. Les recuerda que Jesús, siendo rico, se hizo pobre para enriquecerlos espiritualmente. La generosidad no depende de la abundancia, sino del corazón dispuesto a compartir.
Reflexiona: ¿Tu generosidad está motivada por amor y gratitud a Dios, o por obligación? ¿Estás dispuesto a dar aun en tiempos de escasez?
En Salmo 119:47-61, el salmista expresa su amor profundo por la ley de Dios, encontrando deleite en ella. Declara que se levantará a medianoche para darle gracias y que se apresurará, sin demora, a obedecer los mandatos del Señor. También afirma que incluso en medio de ataques y oposición, se aferra a las promesas divinas.
Hoy estaremos leyendo Job 19 y 20, 2 de Corintios 7 y el Salmo 119:32-46. En Job 19, Job responde a las duras palabras de sus amigos y describe el profundo dolor de sentirse abandonado y atacado injustamente. Sin embargo, en medio de su sufrimiento, hace una de las declaraciones de fe más poderosas de toda la Biblia: “Sé que mi Redentor vive” (v. 25). Job confía en que, aun después de su muerte, verá a Dios cara a cara. En Job 20, Zofar insiste en que el placer de los malvados es breve y que su final es amargo. Aunque su discurso contiene verdades generales, se equivoca al aplicarlas a Job, pues no entiende el propósito divino detrás de su prueba.
Reflexiona: ¿Tienes la convicción de que tu Redentor vive, incluso en tus momentos más oscuros? ¿Cómo te sostienes cuando otros juzgan mal tu situación?
En 2 Corintios 7, Pablo expresa su alegría al saber que los corintios respondieron con arrepentimiento a su corrección. Les recuerda que la tristeza que proviene de Dios produce un arrepentimiento que lleva a la salvación, mientras que la tristeza del mundo produce muerte espiritual. Pablo también celebra la comunión y el consuelo que recibe al servir junto a otros. Este capítulo nos enseña que el arrepentimiento verdadero no es solo sentir remordimiento, sino cambiar de dirección hacia la voluntad de Dios.
Reflexiona: ¿Cómo respondes a la corrección de Dios? ¿Tu tristeza por el pecado te ha llevado a un cambio genuino?
En Salmo 119:32-46, el salmista expresa su anhelo de correr por el camino de los mandatos de Dios y pide entendimiento para obedecer con todo el corazón. Afirma que en los mandatos del Señor encuentra libertad, no opresión. Dice: “Hablaré de tus decretos delante de los reyes y no me avergonzaré” (v. 46).Es un recordatorio de que seguir a Dios no es una carga, sino un camino de libertad y gozo, y que nuestra fidelidad debe ser pública, sin temor ni vergüenza.
Hoy estaremos leyendo Job 17 y 18, 2 de Corintios 6 y el Salmo 119:16-31. En Job 17, Job se siente agotado y sin esperanza. Sus amigos no lo comprenden y él describe su sufrimiento como si su vida estuviera a punto de apagarse. Aun así, expresa un deseo profundo de que su clamor sea escuchado y quede registrado para la posteridad. En Job 18, Bildad responde de manera dura, insistiendo en que el mal siempre recibe su castigo, insinuando que Job está sufriendo por causa de su pecado. Pero nuevamente, esta es una interpretación errada de su situación, pues ignora el misterio del propósito de Dios en el sufrimiento.
Reflexiona: ¿Cómo respondes cuando no ves salida a tus problemas? ¿Confías en que Dios sigue obrando, incluso cuando las voces alrededor interpretan mal tu situación?
En 2 Corintios 6, Pablo recuerda que hoy es el día de salvación, y exhorta a no recibir en vano la gracia de Dios (v. 1-2). Habla de su ministerio, marcado por dificultades, pureza, amor sincero y dependencia del poder de Dios. También advierte a los creyentes a no unirse en yugo desigual con los incrédulos, pues no hay comunión entre la luz y la oscuridad. Este capítulo nos llama a vivir apartados para Dios, siendo coherentes con nuestra fe y conscientes de que somos templo del Dios vivo.
Reflexiona: ¿Estás aprovechando el “hoy” que Dios te ha dado para obedecerle? ¿Hay alianzas o hábitos en tu vida que no reflejan que eres templo del Espíritu Santo?
En Salmo 119:16-31, el salmista declara su deleite en la Palabra de Dios y su decisión de no olvidarla. Reconoce que en medio de la aflicción, la Palabra es su fuente de vida y consuelo: “Me postré en el polvo; reanímame con tu palabra” (v. 25). También afirma su compromiso de aferrarse a los mandamientos y correr por el camino de los mandatos de Dios.Es un recordatorio de que nuestra fortaleza espiritual no proviene de motivación humana, sino de la verdad eterna de Dios.
Hoy estaremos leyendo Job 15 y 16, 2 de Corintios 5 y el Salmo 119:1-15. En Job 15, Elifaz responde nuevamente, pero lo hace con dureza, acusando a Job de orgullo y de hablar sin entendimiento. Afirma que el sufrimiento es siempre consecuencia del pecado, una idea que vemos repetidamente en sus amigos, pero que no refleja la realidad del corazón de Dios en este caso.En Job 16, Job se siente profundamente herido por las palabras de sus amigos: “Consoladores molestos son todos ustedes” (v. 2). Expresa que se siente aplastado y acusa a Dios de haberlo puesto como blanco. Sin embargo, en medio de su dolor surge una declaración de esperanza: “Aun ahora, mi testigo está en el cielo; mi abogado está allí en lo alto” (v. 19). Job no entiende su sufrimiento, pero cree que hay alguien en el cielo que intercede por él.
Reflexiona: ¿Cómo reaccionas cuando personas que deberían consolarte solo critican? ¿Puedes, como Job, levantar tu mirada y recordar que tienes un Abogado en el cielo?
En 2 Corintios 5, Pablo nos recuerda que mientras estamos en este cuerpo, estamos ausentes del Señor físicamente, pero vivimos por fe y no por vista (v. 7). Afirma que todos compareceremos ante el tribunal de Cristo para dar cuentas de nuestras obras (v. 10).Luego, presenta una verdad central del evangelio: “Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas” (v. 17). Y explica que Dios nos reconcilió consigo mismo por medio de Cristo y nos dio el ministerio de la reconciliación. Somos embajadores del cielo, llamados a anunciar que Dios está ofreciendo paz y perdón al mundo.
Reflexiona: ¿Estás viviendo con la conciencia de que eres un embajador de Cristo? ¿Las personas que te rodean pueden ver la nueva vida de Dios en ti?
En Salmo 119:1-15, el salmista exalta la belleza de la Palabra de Dios. Declara: “¡Dichosos los que van por caminos intachables, los que siguen las enseñanzas del Señor!” (v. 1). Reconoce que buscar a Dios de todo corazón es clave para no desviarse. También dice: “En mi corazón atesoro tus dichos para no pecar contra ti” (v. 11).La vida recta comienza con una mente y un corazón llenos de la verdad de Dios, y el deleite en su Palabra es el combustible para una obediencia constante.
Hoy estaremos leyendo Job 13 y 14, 2 de Corintios 4 y el Salmo 118:21-29. En Job 13, Job continúa su defensa. Pide a sus amigos que guarden silencio y le dejen hablar con Dios. En el versículo 15, hace una de las declaraciones más poderosas de fe en toda la Biblia: “¡Aunque él me mate, en él esperaré!”. Job está diciendo que aunque no entienda el sufrimiento, seguirá confiando. Pero también clama por respuestas: “¿Cuántos pecados he cometido? Hazme saber mi transgresión y mi pecado” (v. 23).Job no niega que Dios es justo, pero no entiende por qué está sufriendo si ha vivido con integridad.
En Job 14, Job reflexiona sobre la brevedad de la vida: “El hombre nacido de mujer es corto de días, y lleno de turbación” (v. 1). Siente que la vida es como una sombra pasajera. Expresa una esperanza lejana y limitada de resurrección: “Si el hombre muriere, ¿volverá a vivir?” (v. 14).Aún en su dolor, Job anhela restauración, aunque no ve todavía toda la revelación de la eternidad.
Reflexiona: ¿Has aprendido a confiar en Dios incluso cuando no tienes todas las respuestas? ¿Tu fe es capaz de decir: “Aunque no entienda, seguiré confiando”?
En 2 Corintios 4, Pablo habla del poder que llevamos en vasos de barro. Reconoce la fragilidad humana, pero también el poder sobrenatural de Dios obrando a través de nosotros. Dice: “Estamos presionados por todos lados, pero no aplastados; perplejos, pero no desesperados” (v. 8).Y más adelante: “Aunque nuestro cuerpo muere, nuestro espíritu va renovándose cada día” (v. 16).Pablo nos recuerda que todo sufrimiento tiene propósito eterno: “Estas dificultades pequeñas y momentáneas producen en nosotros una gloria eterna que vale muchísimo más que el sufrimiento” (v. 17).
Reflexiona: ¿Estás mirando tus pruebas desde una perspectiva eterna? ¿Estás dejando que el sufrimiento te prepare para una gloria mayor?
En el Salmo 118:21-29, el salmista celebra la fidelidad de Dios. Dice: “Gracias te doy porque me respondiste; tú eres mi salvación” (v. 21). Luego profetiza sobre Jesús: “La piedra que los constructores rechazaron ha llegado a ser la piedra principal” (v. 22).Y concluye con gozo: “Este es el día que hizo el Señor; nos gozaremos y alegraremos en él” (v. 24).Cada día es una oportunidad para celebrar la fidelidad y salvación de Dios, aun cuando las circunstancias no sean ideales.
Hoy estaremos leyendo Job 11 y 12, 2 de Corintios 3 y el Salmo 118:11-20. En Job 11, entra en escena Zofar, otro de los amigos de Job, y su enfoque es duro. Le dice que su castigo debería ser aún mayor, y que debe arrepentirse si quiere restauración. Zofar representa la mentalidad religiosa que cree que todo dolor es consecuencia directa del pecado. Le dice: “¿Puedes tú resolver los secretos de Dios?” (v. 7). Y aunque su actitud es poco compasiva, hay una verdad profunda en su declaración: Dios es insondable. Pero Zofar se equivoca al juzgar a Job, sin conocer lo que Dios piensa realmente de él.
En Job 12, Job responde con ironía: “Ustedes, sin duda, son el pueblo, y con ustedes morirá la sabiduría” (v. 2). Se defiende y afirma que el sufrimiento no siempre es proporcional al pecado. Job reconoce que Dios tiene el control absoluto: “Con Dios está la sabiduría y el poder; suyo es el consejo y el entendimiento” (v. 13). A pesar del dolor, Job sigue creyendo que Dios es soberano, aunque no entienda sus caminos.
Reflexiona: ¿Te has sentido juzgado injustamente por otros en medio de tu dolor? ¿Puedes, como Job, seguir confiando en la soberanía de Dios incluso cuando no comprendes lo que está pasando?
En 2 Corintios 3, Pablo habla del contraste entre el antiguo pacto, escrito en piedra, y el nuevo pacto, escrito en el corazón por el Espíritu. Declara que el antiguo trae condenación, pero el nuevo pacto trae vida.Dice: “La letra mata, pero el Espíritu da vida” (v. 6). Y más adelante: “Nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria” (v. 18).En Cristo, ya no vivimos bajo condenación, sino bajo transformación.
Reflexiona: ¿Estás viviendo desde la culpa o desde la gracia? ¿Estás permitiendo que el Espíritu te transforme cada día más a la imagen de Cristo?
En el Salmo 118:11-20, el salmista describe una lucha intensa: “Mis enemigos me atacaron como abejas, pero fueron consumidos tan rápido como se enciende un espino” (v. 12). Y luego declara con fuerza: “El Señor es mi fuerza y mi canción; él me ha dado la victoria” (v. 14).Más adelante proclama: “Estas puertas conducen a la presencia del Señor, y los justos pueden entrar por ellas” (v. 20).Este salmo nos recuerda que la victoria viene del Señor, y que podemos entrar a su presencia con gozo porque somos justificados por Él.
Hoy estaremos leyendo Job 9 y 10, 2 de Corintios 2 y el Salmo 118:1-10. En Job 9, Job reconoce la grandeza y soberanía de Dios, pero se siente pequeño e incapaz de presentarse ante Él. Dice: “Dios es sabio de corazón y poderoso en fuerza. ¿Quién se ha endurecido contra Él y ha prosperado?” (v. 4). Aunque Job cree en la justicia de Dios, no logra entender cómo un ser humano puede tener esperanza frente a tanta santidad.Él declara con dolor: “Aunque yo fuera inocente, mi propia boca me condenaría” (v. 20).Job nos lleva a reconocer que, sin la gracia de Dios, nadie puede justificarse por sus méritos.
En Job 10, Job se pregunta: “¿Qué ganas con oprimirme, con despreciar la obra de tus manos?” (v. 3). Habla desde su aflicción, y aunque sus palabras parecen duras, revelan una búsqueda genuina. Él no entiende por qué sufre si fue fiel. Job no está blasfemando, está clamando desde lo profundo.A veces, la fe no se ve como un canto alegre, sino como un lamento honesto que aún mira al cielo.
Reflexiona: ¿Estás dispuesto a hablar con Dios desde lo más profundo de tu corazón? ¿Crees que Él puede manejar tus preguntas, tu dolor y tu confusión?
En 2 Corintios 2, Pablo habla sobre el perdón. En la iglesia había alguien que había causado dolor, y Pablo les dice: “Ahora es momento de perdonarlo y consolarlo, para que no sea destruido por el exceso de tristeza” (v. 7).También dice que debemos estar alertas, “para que Satanás no se aproveche de nosotros, pues ya conocemos sus artimañas” (v. 11).El enemigo quiere dividir, destruir relaciones, y endurecer nuestros corazones. Pero el amor y el perdón restauran.Cuando perdonamos, vencemos al enemigo y revelamos el carácter de Cristo.
Hoy estaremos leyendo Job 7 y 8, 2 de Corintios 1 y el Salmo 117. En Job 7, escuchamos a Job en una de sus oraciones más crudas. Él le habla a Dios desde el fondo del dolor, sintiéndose insignificante y agotado. Dice: “Mi vida pasa más rápido que el viento; se acaba sin esperanza” (v. 7). Y luego clama: “¿Por qué me pones la atención si soy tan poca cosa? ¿No puedes simplemente perdonarme y dejarme en paz antes de morir?” (vv. 17-21).Job está abrumado por su sufrimiento, y su conversación con Dios es sincera y sin filtros.Esto nos enseña que Dios prefiere una oración honesta que una religiosamente correcta.
En Job 8, Bildad responde, defendiendo a Dios y acusando indirectamente a Job. Le dice: “Dios no tuerce la justicia… Si tus hijos pecaron contra Él, los castigó por su pecado” (v. 3-4). Aunque su teología suena correcta, su aplicación es cruel. Está más interesado en tener razón que en mostrar compasión.A veces, en nuestro intento por explicar a Dios, podemos herir a quien sufre.
Reflexiona: ¿Eres más rápido para consolar o para corregir? ¿Estás escuchando con empatía o hablando desde la dureza?
En 2 Corintios 1, Pablo abre esta carta con una gran verdad: “Dios es el Padre misericordioso y Dios de todo consuelo” (v. 3). Y explica que el consuelo que recibimos, no es solo para nosotros, sino para compartirlo con otros (v. 4).También deja claro que la aflicción lo llevó a confiar más en Dios que en sí mismo (v. 9).El sufrimiento, aunque no lo entendamos, puede hacernos más dependientes de Dios y más útiles para consolar a otros.
Reflexiona: ¿Estás permitiendo que tu dolor se transforme en compasión para otros? ¿Estás confiando en Dios, aun cuando no entiendes el “por qué”?
En el breve pero poderoso Salmo 117, se nos llama a alabar al Señor todas las naciones, porque “grande es su amor por nosotros, y la fidelidad del Señor es eterna” (v. 2).Este salmo nos recuerda que, a pesar de las pruebas, el amor y la fidelidad de Dios son constantes e inquebrantables.
Hoy estaremos leyendo Job 5 y 6, 1 de Corintios 16 y el Salmo 116:1-19. En Job 5, Elifaz continúa hablando, y aunque algunas de sus palabras suenan correctas, su aplicación es incorrecta. Dice: “Bienaventurado es el hombre a quien Dios corrige” (v. 17), y afirma que Dios hiere pero también sana (v. 18). El problema es que está usando estas verdades para culpar a Job, en lugar de consolarlo. A veces tener razón no significa tener compasión.
En Job 6, Job responde con profundo dolor. Pide comprensión y honestidad. Dice que sus palabras son duras porque su sufrimiento es más pesado que la arena del mar (v. 3). Y expresa algo que muchos han sentido: “¿No tienen ustedes compasión? ¿No pueden decir algo con sentido?” (v. 26). Job no necesitaba un sermón, sino un amigo que escuchara.
Reflexiona: ¿Estás hablando a otros con compasión o solo con juicios? ¿Eres un amigo que escucha o uno que corrige sin entender?
En 1 Corintios 16, Pablo cierra su carta con instrucciones prácticas: ayudar a los creyentes necesitados, recibir a los líderes con respeto, y sobre todo, actuar con amor. En el versículo 14 resume todo:“Y todo lo que hagan, háganlo con amor.”Ese es el sello de un verdadero creyente: amar aún en medio de las diferencias, servir aún en medio de las dificultades.
Reflexiona: ¿Estás haciendo lo que haces por amor? ¿Tu fe se nota más por tu conocimiento… o por tu amor?
En Salmo 116, el salmista expresa gratitud profunda. Dice:“Amo al Señor porque oye mi voz y mi súplica. Porque inclinó a mí su oído” (vv. 1-2).Y más adelante agrega:“¡Oh Señor, tú me has librado de la muerte, has secado mis lágrimas y me has impedido caer!” (v. 8).Este es un salmo de alguien que ha experimentado la misericordia de Dios de forma real y personal.
Hoy estaremos leyendo Job 3 y 4, 1 de Corintios 15:35-58 y el Salmo 115:11-18. En Job 3, después de siete días de silencio, Job abre su boca… no para maldecir a Dios, sino para maldecir el día en que nació. Su dolor es tan profundo que desea no haber vivido. Este capítulo nos muestra cuán abrumador puede ser el sufrimiento humano, incluso para alguien justo como Job. A veces, el alma se quiebra más allá de lo que podemos soportar.
En Job 4, Elifaz, su amigo, le responde. Aunque parece hablar con sabiduría, su discurso está marcado por juicio y una teología equivocada: asume que si Job está sufriendo, es porque ha pecado. Esta actitud refleja lo común que es juzgar sin entender la profundidad del dolor del otro.
Reflexiona: ¿Te has sentido como Job, sin comprender por qué estás pasando por tanto dolor? ¿Has juzgado a otros sin saber realmente lo que están viviendo?
En 1 Corintios 15:35–58, Pablo responde a las preguntas sobre la resurrección. Usa la imagen de una semilla: lo que se siembra es diferente de lo que se cosecha. Nuestro cuerpo actual es sembrado en debilidad, pero resucitará en gloria. Pablo termina con una proclamación poderosa:"La muerte ha sido devorada en victoria… gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo"(vv. 54-57).
Reflexiona: ¿Vives con la convicción de que la muerte no tiene la última palabra? ¿Estás invirtiendo tu vida en lo eterno o solo en lo temporal?
En el Salmo 115:11-18, el salmista anima al pueblo de Dios a confiar en el Señor, su ayuda y escudo. Afirma que Dios no se olvida de los que le temen, y bendice tanto al grande como al pequeño. El Salmo termina con un llamado:"Nosotros alabaremos al Señor ahora y siempre. ¡Aleluya!" (v. 18).
Hoy estaremos leyendo Job 1 y 2, 1 de Corintios 15:12-34 y el Salmo 115:1-10. En Job 1 y 2, se nos presenta uno de los pasajes más impactantes de toda la Biblia. Job es descrito como un hombre intachable, temeroso de Dios y apartado del mal. Sin embargo, Dios permite que sea probado. En un solo día pierde sus bienes, sus hijos y finalmente su salud. A pesar del dolor, Job no maldice a Dios. Dice: “¿Recibiremos de Dios sólo lo bueno y no también lo malo?” (2:10). Este libro nos introduce en la tensión del sufrimiento de los justos y nos reta a confiar en Dios incluso cuando no entendemos el porqué.
Reflexiona: ¿Cómo reaccionas cuando las cosas no salen como esperas? ¿Puedes seguir adorando aun en medio de la pérdida o el dolor?
En 1 Corintios 15:12-34, Pablo defiende con firmeza la resurrección de los muertos. Algunos en Corinto dudaban de esta verdad, pero Pablo responde con poder: “Si Cristo no resucitó, entonces nuestra fe es inútil” (v. 17). Pero también afirma con gozo: “Cristo ha resucitado, y fue el primero de una gran cosecha” (v. 20). Y termina con una esperanza gloriosa: Cristo reinará, y al final destruirá la muerte.
Reflexiona: ¿Vives con la certeza de que Jesús resucitó y que tú también resucitarás con Él? ¿Estás dejando que esa verdad transforme cómo enfrentas el presente?
En Salmo 115:1-10, el salmista proclama: “No a nosotros, oh Señor, no a nosotros, sino a tu nombre sea la gloria” (v. 1). Contrasta la gloria de Dios con los ídolos hechos por manos humanas: tienen boca, pero no hablan; ojos, pero no ven. Son falsos, inútiles. En cambio, concluye diciendo: “Oh Israel, confía en el Señor. Él es tu ayuda y tu escudo” (v. 9). Solo Dios merece nuestra confianza y adoración.
Hoy estaremos leyendo Ester 9 y 10, 1 de Corintios 15:1-11 y el Salmo 114. En Ester 9, se cumple el día señalado por los enemigos para exterminar al pueblo judío, pero ocurre lo opuesto: los judíos obtienen victoria sobre sus adversarios. No fue una venganza cruel, sino una defensa autorizada. Luego se establece la celebración de Purim, un tiempo para recordar cómo el lamento se convirtió en gozo. En Ester 10, Mardoqueo es exaltado, y el libro termina mostrando que Dios es capaz de levantar a los justos en medio de los reinos más poderosos.
Reflexiona: ¿Estás recordando y celebrando las victorias que Dios ha hecho en tu vida? ¿Estás usando tu influencia, como Mardoqueo, para el bien de otros?
En 1 Corintios 15:1-11, Pablo presenta el corazón del evangelio: Cristo murió por nuestros pecados, fue sepultado y resucitó al tercer día. Esta verdad no es opcional: es el fundamento de nuestra fe. Pablo también menciona que Jesús se apareció a muchos, incluyendo a él, quien se considera “el más insignificante de todos los apóstoles”. Pero declara: “Pero por la gracia de Dios soy lo que soy” (v. 10).
Reflexiona: ¿Estás viviendo cada día con la conciencia de que la resurrección de Cristo es la base de tu fe? ¿Reconoces que lo que eres y haces es por Su gracia?
En Salmo 114, el salmista recuerda el poder de Dios en el Éxodo: el mar se aparta, el Jordán retrocede, las montañas tiemblan. Todo responde a la presencia majestuosa del Señor. No es un recuerdo poético, sino una afirmación de que cuando Dios está presente, lo imposible se vuelve posible.
Hoy estaremos leyendo Ester 7 y 8, 1 de Corintios 14:26-40 y el Salmo 113. En Ester 7, llega el momento decisivo. En el segundo banquete con el rey y Amán, Ester revela su identidad judía y denuncia el complot de Amán para destruir a su pueblo. El rey se enfurece, y en un giro de justicia divina, Amán es colgado en la misma horca que había preparado para Mardoqueo.
En Ester 8, el rey entrega a Ester las posesiones de Amán y promueve a Mardoqueo. Aunque el decreto contra los judíos no puede ser anulado, se autoriza uno nuevo para que ellos se defiendan. Y así, el pueblo que estaba destinado a la muerte comienza a celebrar con gozo y esperanza.
Reflexiona: ¿Has visto cómo Dios puede revertir situaciones imposibles? ¿Estás confiando en que Él puede darte la victoria, incluso en medio de sentencias injustas?
En 1 Corintios 14:26-40, Pablo continúa hablando sobre el orden en la iglesia. Aunque reconoce la variedad de dones —enseñanza, profecía, lenguas—, también deja claro que todo debe hacerse con edificación y con orden. El versículo 33 dice: “Pues Dios no es un Dios de desorden, sino de paz”.
Pablo también resalta que la adoración no es un caos emocional, sino un acto de comunión y edificación mutua bajo la guía del Espíritu.
Reflexiona: ¿Estás cultivando una vida espiritual con orden y propósito? ¿Tu adoración edifica a otros o solo busca una experiencia personal?
En Salmo 113, se nos recuerda la grandeza del Señor y Su cuidado por los humildes. “Dios se inclina desde el cielo para mirar a los seres humanos... levanta del polvo al pobre y saca del muladar al necesitado” (vv. 6-7).
El salmo comienza y termina con alabanza. No por obligación, sino porque al ver lo que Dios hace en favor de los pequeños, no podemos quedarnos callados.
Hoy estaremos leyendo Ester 5 y 6, 1 de Corintios 14:1-25 y el Salmo 112. En Ester 5, la reina Ester se presenta ante el rey, arriesgando su vida. Pero Dios le da gracia delante del rey Asuero, quien extiende su cetro. Ester no revela aún el plan de Amán, sino que lo invita —junto al rey— a un banquete, y luego a otro más. Mientras tanto, Amán sigue lleno de odio contra Mardoqueo, y planea colgarlo en una horca de 22 metros de alto.
En Ester 6, el giro divino comienza: el rey no puede dormir y pide leer los registros reales. Ahí descubre que Mardoqueo nunca fue recompensado por salvar su vida. En una ironía divina, el rey le pide a Amán que honre públicamente a Mardoqueo, justo cuando Amán planeaba matarlo.
Reflexiona: ¿Estás dispuesto a confiar en que Dios está obrando, incluso cuando parece que nada cambia? ¿Puedes creer que, en el momento exacto, Él puede cambiarlo todo a tu favor?
En 1 Corintios 14:1-25, Pablo habla de los dones espirituales, especialmente del don de profecía. Dice que la profecía edifica, anima y fortalece a la iglesia, mientras que el hablar en lenguas edifica al que las habla, a menos que haya interpretación. Pablo enseña que el enfoque de los dones no es el espectáculo, sino la edificación de otros.
Versículos clave como el 3 dicen: “Pero el que profetiza fortalece a otros, los anima y los consuela” (NTV).Y en el 12: “Puesto que están tan interesados en los dones espirituales, procuren los que fortalecen a toda la iglesia.”
Reflexiona: ¿Estás usando los dones que Dios te dio para levantar y fortalecer a otros? ¿Eres sensible a si tus palabras edifican o simplemente impresionan?
En Salmo 112, se describe al justo como alguien que confía en Dios y actúa con generosidad. Versos como el 6 nos aseguran: “Los justos serán recordados para siempre”. Y el versículo 7 dice: “No temerán malas noticias; confían plenamente en que el Señor cuidará de ellos.”
Hoy estaremos leyendo Ester 3 y 4, 1 de Corintios 13 y el Salmo 111. En Ester 3, aparece el villano de esta historia: Amán, quien es promovido por el rey Asuero. Sin embargo, cuando Mardoqueo se rehúsa a inclinarse ante él, Amán se llena de furia y planea no solo matarlo, sino exterminar a todo el pueblo judío. El decreto de genocidio es sellado y repartido por todo el imperio.
En Ester 4, Mardoqueo le envía un mensaje a Ester suplicándole que interceda ante el rey. Al principio, Ester teme, pues acercarse sin ser llamada era riesgoso. Pero Mardoqueo le dice: “¿Quién sabe si no llegaste a ser reina precisamente para un momento como este?” (v. 14). Ester responde con valor y fe: “Si tengo que morir, moriré” (v. 16).
Reflexiona: ¿Estás dispuesto a arriesgar comodidad o seguridad por obedecer el llamado de Dios? ¿Y si este es tumomento para marcar la diferencia?
En 1 Corintios 13, conocido como “el capítulo del amor”, Pablo declara que sin amor, todo lo demás —dones, conocimiento, fe, generosidad— no sirve de nada. El amor no es una emoción superficial, sino una acción firme y constante.Dice: “El amor nunca se da por vencido, jamás pierde la fe, siempre tiene esperanza y se mantiene firme en toda circunstancia” (v. 7).
Reflexiona: ¿Estás amando como Dios ama? ¿Tu servicio, tus palabras y tu fe están motivadas por un amor verdadero y sacrificado?
En Salmo 111, el salmista alaba a Dios por sus obras poderosas, justas y eternas. En el versículo 10 dice: “El temor del Señor es la base de la verdadera sabiduría”.Es un salmo que nos recuerda que Dios es digno de confianza, que sus promesas son firmes y sus obras son grandes.
Hoy estaremos leyendo Ester 1-2, 1 Corintios 12:12-31 y el Salmo 110. En Ester 1, el rey Asuero (Jerjes) realiza un gran banquete que refleja su poder y riqueza. En medio del exceso y el orgullo, su esposa, la reina Vasti, se niega a obedecer una orden humillante, y es destituida.En Ester 2, entra en escena una joven judía llamada Ester, quien es favorecida por Dios y por los hombres. A pesar de ser huérfana, extranjera y desconocida, Dios la posiciona como reina. El capítulo termina con un acto clave: Mardoqueo descubre una conspiración contra el rey, lo cual más adelante tendrá gran importancia.
Reflexiona: ¿Estás creyendo que Dios puede usar incluso lo que parece insignificante para llevarte a un propósito mayor? ¿Estás permitiendo que Él te prepare en lo oculto para un impacto público?
En 1 Corintios 12:12–31, Pablo desarrolla la imagen del cuerpo de Cristo. Cada creyente representa una parte del cuerpo, y todas son necesarias. Nadie puede decir: “No te necesito”, ni tampoco: “No sirvo para nada”. Dios ha dispuesto cada miembro como Él quiso.Pablo dice: “El ojo nunca puede decirle a la mano: ‘No te necesito.’” (v. 21), y termina con esta exhortación: “Ustedes deberían desear con fervor los dones que son de más ayuda” (v. 31).
Reflexiona: ¿Estás valorando tu rol en el cuerpo de Cristo? ¿Estás honrando y animando a otros en sus funciones dentro del cuerpo?
En Salmo 110, David profetiza sobre el Mesías exaltado. Es un salmo mesiánico que se cita varias veces en el Nuevo Testamento. El versículo 1 dice: “El Señor le dijo a mi Señor: ‘Siéntate en el lugar de honor a mi derecha hasta que humille a tus enemigos y los ponga por debajo de tus pies.’”Este salmo nos recuerda que Cristo reina con autoridad, es sacerdote eterno y juez justo.