
Hoy estaremos leyendo Jeremías 11-12, 2 Timoteo 3:10-17 y Proverbios 6:1-19. En Jeremías 11, Dios le recuerda al profeta el pacto que su pueblo ha roto. Aunque el Señor los sacó de Egipto con poder, Israel ha elegido seguir otros dioses. Jeremías enfrenta una conspiración en su contra, incluso por parte de su propia gente. En Jeremías 12, el profeta se queja ante Dios: “¿Por qué prosperan los malvados?” (v. 1). Dios le responde que su llamado requiere fortaleza: “Si te cansas corriendo contra hombres, ¿cómo competirás contra caballos?” (v. 5). Aunque el mal parezca triunfar, Dios sigue gobernando y traerá justicia en su tiempo. Reflexiona: ¿Has sentido que los malos prosperan mientras tú sufres por hacer lo correcto? ¿Estás confiando en el tiempo y la justicia de Dios, incluso cuando no ves resultados inmediatos?
En 2 Timoteo 3:10-17, Pablo anima a Timoteo a seguir firme en la verdad. Le recuerda que lo ha visto sufrir persecuciones, pero también cómo Dios lo ha librado de todas. Pablo advierte que los malos seguirán engañando y siendo engañados, pero exhorta a Timoteo a permanecer en la Palabra, la cual tiene poder para enseñarnos, corregirnos y prepararnos para toda buena obra. “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar lo que es verdad” (v. 16). Reflexiona: ¿Estás dejando que la Palabra de Dios te forme y te corrija cada día? ¿Tu fe se mantiene firme cuando enfrentas oposición o críticas por tu fidelidad a Cristo?
En Proverbios 6:1-19, encontramos tres advertencias prácticas: no caer en deudas impulsivas, no caer en la pereza y evitar el camino de los malvados. El texto termina con una lista de siete cosas que el Señor detesta: el orgullo, la mentira, el asesinato, los planes perversos, la maldad, el falso testimonio y sembrar discordia entre hermanos.