Este episodio es una introducción al Comité Invisible. Hablé de la genealogía destituyente, que comienza, por lo menos, entre los Jóvenes Hegelianos (aunque podría originarse en epicúreos-cínicos-estoicos y el milenarismo), se reactiva con Walter Benjamin y lo retoman Foucault-Agamben para fundar el anarquismo del siglo XXI.
Hablé de un texto introductorio de Tiqqun y también de Homo sacer. Expliqué el contexto al que reaccionan, que es el llamado altermundismo, que en México fue, entre otras cosas, la Huelga del 99 de la UNAM y cómo el mesianismo anarquista respondió al Imperio de Hardt y Negri. Expliqué varias discusiones que se dieron dentro de ese contexto. Como el problema de la nuda vida, de la inclusión excluyente, del paso del modelo militante al activista y las implicaciones del poder suave que está anclado al biopoder detrás del mundo de los Derechos Humanos a diferencia del poder duro, que es el militar, es decir, el intervencionismo imperialista para el que estas grandes ONGs de DDHH suelen trabajar o por lo menos dejan intacto.
Critiqué que la obsesión con las formas de vida y la metafísica, que predominan en ese mundo apocalíptico y mesiánico desde el 68, pero sobre todo desde los 90, han hecho que mucha de la potencia destituyente pierda la perspectiva anti imperialista por quedarse en la micropolítica (colectivos diminutos, consumos responsables, formas de vida, lo subjetivo) sin poder conectar con la macropolítica a la altura de nuestro tiempo (el genocidio palestino, la transición entre imperialismos americano y chino, el intervencionismo en Colombia y Venezuela, la segunda guerra fría, etc) .
En este episodio hablé del trascendentalismo, esas ganas de hacer las cosas correctamente, de salir adelante, de destacarse, que conectan lo político a lo religioso, y que suelen estar impregnadas de una ingenuidad en torno a querer tomar "la menos peor" de las opciones disponibles. Revisé varias de las ideas principales de Kropotkin, entre ellas critiqué la idea de que existe un pueblo bueno. Que la clase trabajadora es buena porque sufre, un esencialismo judeocristiano que nos hace creer que los pobres son bondadosos porque sufren. Esa visión que va desde el anarquismo clásico hasta el progresismo de hoy en día es una visión que se salta las lecciones del fascismo. Al fascismo, al histórico de Hitler, Mussolini e Hirohito, y al contemporáneo, de Trump, Bukele y Milei, lo votaron y sostienen la mayoría de sus países y esas mayorías están conformadas por la clase trabajadora. Por eso es importante romper con el esencialismo del "pueblo bueno". Porque sufrir no siempre hace a la gente buena ni mejor. A veces la hace incluso peor. Pero sólo apuntalando el judeocristianismo y el conservadurismo, los prejuicios que cargaba el primer anticapitalismo, podemos volver a afilarnos.
En este capítulo hablo de por qué es importante retomar las ideas del anarquismo dos siglos después de su fundación. Para eso abordo el Manifiesto de Los Pueblos Quieren, un texto que viene principalmente de exiliados sirios en Europa, quienes llevan años elaborando los estallidos sociales de las últimas dos décadas. Una de las conclusiones es que somos buenas para levantarnos y golpear, pero malas para cuidar y sostener. Esto es por una brecha machista que existe desde que nació el anticapitalismo. No es algo nuevo ni propio del sur económico.
Exploré cómo se conecta el colonialismo, la familia tradicional y la heterosexualidad obligatoria. Otra cara de la moneda del machismo anticapitalista: en lo privado la izquierda tiende a ser igual de conservadora que la derecha. Por eso siempre es necesario hacer una crítica desde sus raíces. En este episodio paso del siglo XIX al XX para seguir elaborando la historia del anarquismo. En ese cambio de época, además de la Primera Guerra Mundial, se completa un ciclo que comenzó en 1492: todo lo externo a Europa quedó subordinado a ella.
Aquí pueden descargar gratis el Manifiesto discutido:
https://thepeopleswant.org/es/articles/revoluciones-de-nuestros-tiempos-el
Este episodio lo comencé abordando el tema del imperialismo. Es decir, el dominio político, material, cultural y económico que Estados Unidos y Europa tiene hoy sobre el resto del mundo. Luego exploré el error de pensar que lo cuir, lo trans y lo nb son oposicionales en esencia. Como si no existiera gente gay, lesbianas y trans en los ejércitos del Imperio. Como si existiera un "sujeto" y no en lo que hoy realmente nos están convirtiendo, usuarias, como dice MacKenzie Wark. Hoy en día nos extraen plusvalía con el celular y los algoritmos, nos demos cuenta o no. Nos hacen usuarios, no "sujetos", porque todas, de alguna manera, trabajamos gratis para la minería de datos, el flujo de información en internet, que también es un dispositivo de vigilancia con el que hoy nos gobiernan.
Luego hablé de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona que en junio de 2025 cumplió 20 años. Di un poco de contexto sobre ese panfleto que yo conocí en Mérida, Yucatán, siendo una adolescente y cómo después hicieron la Otra Campaña, el primero de los dos juegos con la política partidaria desde la Montañas del Sureste. El segundo también fue contra Andrés Manuel López Obrador pero en 2018 y con un mujer, Marichuy. La candidata mujer es una de las muchísimas cosas que el gobierno actual le robó al zapatismo.
Finalmente hablé de la Conquista del pan de Kropotkin. Desarrollé un par de sus ideas. Expliqué sus puntos débiles: Kropotkin implica que la gente tiende a la cooperación, el apoyo mutuo y la compasión. Igual considera el trabajo como algo edificante. Con ambas cosas explico que el anarquismo clásico era una cuestión moral, es decir, un cristianismo laico, que pensaba que el "hombre" es bueno por naturaleza, pero el pecado original (capitalismo) le arrancó esa bondad y lo expulsó del Paraíso. Por lo que, ya fuera del Edén, debe trabajar sin descanso como la Biblia le exigió a Adán y Eva. No debe de ser ocioso ni enfermo ni creer en la magia o ningún ritual que lo distraiga de su única tarea en este mundo: el trabajo extenuante.
En este episodio platiqué del anarquismo en México. Al inició hablé del clásico (Rodhakanaty, Chalco, el Gran Círculo de Obreros; Magón, Regeneración, la Revolución Mexicana) y al final, los últimos diez minutos, sobre el anarquismo mexicano del siglo XXI. Platiqué de que para mí los herederos directos del anarquismo clásico de México no suelen llamarse a sí mismos anarquistas. Son la CNTE, la OPFVII, el EZLN... una especie de leninismo, formaciones de cuadro y movimientos de masa que no les interesa construir vanguardias, partidos políticos ni tomar la presidencia.
El momento cúspide del anarquismo clásico fue antes de los gobiernos revolucionarios, hace un siglo. En 1917, como luego pasó en 2018, se dice que se cristalizaron las exigencias de los movimientos sociales. La historia se repite. Una vez como tragedia y otra como comedia. En la primera vuelta, la Constitución del 17 parecía haber cumplido las demandas del movimiento proletario que derrocó al porfirismo. En 2018 mucha gente creyó que lo que se venía exigiendo desde Yosoy132, Ayotzinapa y hasta el 2006 en Oaxaca se logró con Morena. Pero el cuento duró poco, en la tragedia revolucionaria de hace un siglo quizá unas décadas, en la comedia de 2018, a lo mucho un año. La mayoría que votó por Morena se desencantó rápidamente. Hoy nos encontramos en un contraste, una dicotomía no entre izquierda y derecha sino socialdemocracia contra fascismo, progresismo contra ultraderecha. Ese, me parece, es el panorama donde urge elaborar un pensamiento antifascista de acuerdo a la política de la tercera década de este siglo.
El anarquismo fue el primer movimiento obrero de masas. Antes de las primera guerra mundial predominaba en la mayoría de las ciudades del mundo. Su historia suele contarse como algo que es importado de Europa, de norte a sur, cuando en realidad América Latina, si nos vamos a los números, a la cantidad de militantes, fue más anárquica que el mundo occidental. Lo mismo pasará en tiempos de revoluciones socialistas e independentistas un siglo después, en el sur global solíamos triunfar, en Occidente fueron brutalmente derrotados, además de siempre ser menos. En el sur, y abajo, suele estar la práctica, en el norte, y arriba, la teoría, los conceptos.
El anarquismo en América Latina anidó en todas las urbes, pero sus redes y periódicos clásicos se tejieron sobre todo en La Habana, Buenos Aires, Ciudad de México y Los Ángeles. No se trataba de un anarquismo puro. Estaba mezclado con muchas otras ideas: feminismo, marxismo, independentismo, anti imperialismo, lucha contra lo adultocéntrico e incluso higiniesmo, eugenesia y fascismo. Para entenderlo hay que aprender a ver a través de los huecos de las redes, no sólo a través de los sindicatos, organizaciones y panfletos que nos articulan hasta el día de hoy.
En este episodio continué la historia del anarquismo. Hablé del ambiente en el que emerge la Primera Internacional: la Guerra de Castas, Chalco, las insurrecciones campesinas en Italia e Inglaterra, el ludismo. Expliqué los argumentos centrales que debatió la Asociación Internacional de Trabajadores: el problema del centralismo, la autoridad, los planes rígidos contra la improvisación, el problema de la dialéctica, ya sea la que pone el énfasis en lo edificante o la negativa, en arrebatar lo que es negado a las mayorías. Platiqué de mujeres como André Leo, Flora Tristán, Louise Michel y Emma Goldma. De cómo todos estos argumentos tendrán implicaciones graves en el el siglo XX y XXI, su relación con el independentismo, lo anticolonial, el autoritarismo, el fascismo en que se volvieron muchos socialismos y otros casos históricos
Hablé del sueño, de hace por lo menos 500 años, de irse a vivir a la naturaleza, al monte, al bosque, a la "nada", lejos de la ciudad. Un sueño que es racista porque lo rural suele verse como "nada" cuando en realidad es siempre territorio indígena. Esa es una mirada occidentalizada que invisibiliza y borra a los pueblos. El romanticismo que idealiza lo rural no se da cuenta de que al viajar de las ciudades al campo, destruyen lo que buscaban en ese tránsito, acaban con formas de vida vernáculas, previas al dominio del capital desde Tomas Moro y los anabaptisas, Fourier y el falansterio hasta llegar al 68 y la contracultura que rechazó tanto el fascismo como el autoritarismo estalinista.
Con este episodio arranca la Tercera Temporada, enfocada en filosofía política. Hablo de los antecedentes del anticapitalismo: el socialismo romántico, el utopismo, las luchas anticoloniales y el milenarismo. En esta temporada se abre la invitación al público para mandar audios y textos con sus dudas y comentarios sobre mi segundo libro, No existe dique capaz de contener al océano furioso, potencia, alegría y anarquismo; La conquista del pan de Kropotkin y el Manifiesto comunista de Marx y Engels. Con sus voces e ideas se busca comenzar una nueva sección al final de cada episodio: el Vox Populi.
Este capítulo no tiene música.
Gracias a quienes etiquetan, comparten y apoyan este trabajo.
En este episodio platico de la necesidad de construir un espacio común, no un espacio público. Este útlimo es un invento liberal para desplazar la vida privada. En lo común compartimos, creamos puentes, abrimos las herramientas y repartimos las técnicas para que la vida sea más barata, accesible, habitable. Reflexiono sobre cómo el algoritmo y el internet están minando la posibilidad de construir solidaridad debido a que nos encierran en una burbuja donde todos pensamos igual. También abordo Pepitas de calabaza, mi primera novela y Militancia alegre, una traducción que hicimos entre varios colectivos e individualidades. Escuchamos a Fuensanta Mendez - Ariles del Campanario (David Haro), Lhasa de Sela - El desierto y El Afinaíto - Don Tuvo. Recomendé Pinocho del Guillermoo del Toro y Los reyes del mundo de Laura Mora.
Analicé el capítulo Wetwired (03/23) de los Expedientes Secretos X. Hablé de la investigación independiente a diferencia de la investigación institucional, el miedo a los cambios tecnológicos, como sucedió hace poco con la Inteligencia Artificial, el miedo que los americanos, por no decir el mundo, le tienen a su gobierno; el miedo a que la tecnología nos manipule, nos hagan hacer, comprar, cosas que en el fondo no deseamos ni necesitamos.
Desmenuzamos el capítulo Wetwired en tres niveles: el caso, el drama entre los detectives y el contexto ficticio de toda la serie. Hablé de salud mental, porque en este episodio Scully tiene una especie de brote psicótico, desconoce a Mulder y casi lo mata; y de cómo Los Expedientes Secretos X puede ser interpretados como una serie anti imperialista, donde el miedo y la paranoia en contra de las élites que controlan toda la Tierra y, para la serie, están incluso en contacto y complicidad con seres de otros planetas.
Escuchamos Tá Tranquilo Tá Favorável de MC Bin Laden.
Todas estamos obligadas a producir y consumir cosas que están de moda. No las cosas más importantes, urgentes, necesarias, ni bellas. Todas estamos obligadas a producir y consumir lo que dicta el mercado. Sea una agenda política con valores importados, sea una canción, un disco, un libro o cualquier mercancía. La novela que analizo en este episodio, Noticias de ninguna parte de William Morris, le responde a esa imposición. Es una crítica a la manera en que estamos subordinadas al salario, al dinero, a la rutina. Hablo del deseo belleza, de la estética de lo colectivo e hice una crítica al punitivismo: el problema de confundir venganza con justicia. Escuchamos Eghazala Ray2a de Mohamed Osama
En este capítulo hablo de la autocrítica al productivismo, la austeridad que aparece en Los desposeídos de Ursula K LeGuin, de la importancia de poner más énfasis en los procesos, los medios y el devenir que en los objetivos, los fines y las metas, de la tradición de los oprimidos, que es la que en el pensamiento occidental viene desde el estoicismo, el epicureísmo y el cinismo, pasa por Spinoza, para llegar al comunismo/feminismo/anticolonialismo y desembocar en las luchas por el medio ambiente y los recursos naturales. Escuchamos Dream a Little Dream of Me de Mammas and the Pappas. Mencioné Daughter of Earth de Agnes Smedley.
En este capítulo explico lo que llamo el Efecto Lorito: la manera en que el mercado acelera la toma de posiciones en redes sociales, de modo que nos enajena y hace afirmar todo el tiempo el mundo conocido, clausurando la posibilidad de criticarlo. Hablo de Anarres para seguir pensando la conexión entre soledad y colonialismo: el impulso de ir a vivir a espacios rurales o ajenos porque el racismo nos hace creer que son lugares vacíos, sin conflicto, donde vamos a poder vivir en paz. El choque de mundos en los Desposeídos habla de esa pulsión individualista, heroica, de querer salvar el mundo con acciones drásticas en vez de pequeños comportamientos subversivos que producen una subjetividad antifascista en lo cotidiano. Hablo de la espiritualidad combativa, de genealogías viejas, campos que se cruzan y su vigencia en la actualidad. Hablo de la potencia destituyente, la organización anti-institucional, autónoma, que nos permite adelantar aquí y ahora un mundo distinto al que conocemos.
Este capítulo ahonda en Los desposeídos de Ursula K LeGuin, hago una lectura desde la teoría de la enajenación del trabajo de Marx, para hacer diferencias en los modos de producción de Anarres, Urras y Thu. Hablo sobre la diferencia entre un mundo propio y un mundo ajeno, de cómo la manera en que vivimos aquí y ahora hace que todos nos parezca extraño. Recomendé Dios fulmine a la que escriba sobre mí de Aura García Junco para discutir el problema del machismo y el cambio generacional, la herencia negativa de ciertas masculinidades de izquierda.
En este capítulo hablo de la manera en que se nos arrebata las herramientas, la sociabilidad, la técnica y el producto de nuestro trabajo y nuestras vidas. Sigo con la introducción a la ciencia ficción y el futuro, aplico el problema de la enajenación del trabajo en la manera en que se presenta en Los desposeídos de Ursula K LeGuin, Noticias de ninguna parte de William Morris y la serie Severance. Discuto las maneras en que se ha soñado, en esas tres narrativas, subvertir la alienación a la que todes estamos sometidas. Recomendé Sembrando flores de Federico Urales, escuchamos Plastic de Moses Sumney.
Con este capítulo se estrena la segunda temporada del programa, dedicada al futuro, las utopías y la ciencia ficción. En este primer episodio platicamos de que la Fantasía suele ser una nostalgia del mundo religioso medieval, como en el Señor de los Anillos o Harry Potter, mientras que la Ciencia Ficción más bien explora modos de producción. Hablé del cambio del régimen narrativo, de paradigma en la historia de la literatura y cómo desde las guerras mundiales se escriben más distopías y hay una tendencia a narrar la maldad, el crimen y aparecieron, o se hicieron mucho más importantes, protagonistas que vienen de abajo siempre y cuando sean feminicidas, gente que roba y engaña. En los géneros policíacos, detectivescos y la ciencia ficción hay formas sofisticadas de clasismo, racismo y machismo. Hablé del pensamiento complejo, de que no podemos reducir nada a binomios contrastados si queremos combatir la injustica. Escuchamos Still in Love With You de Thin Lizzy. Mencioné Noticias de ninguna parte de William Morris, a Marge Pierce, Ursula K Leguin, Octavia Butler y series como Mr Robot y a los Tres Pistoleros de X Files
Hablé de los límites de la educación formal, de la familia normada, de la crianza y el cuidado. De la libertad de que emerge lejos de la fama, el dinero y la policía. Revisé los capítulos iniciales e intermedios de la tercera temporada de Anne With An E.
En este capítulo hablo de la importancia de hacer refugios. De la alegría que emana a la hora construir autonomía a pesar de que, cada vez que nos organizamos, nos empiezan amedrentar, a negar recursos, visibilidad; lo difícil que es cuidar y sostener espacios o colectivos anticapitalistas. Estos refugios, como las marchas, los amparos, las reformas, la acción directa y muchas otras formas de lucha, son esenciales para las disidencias políticas y sexuales. Son la única forma de respirar en esta densa niebla que nos ahoga. Hablé de la paranoia, la rigidez y la pureza que existe entre los activistas que odian la academia y la teoría, al igual que los académicos que consideran que toda transacción que los activistas hacen con el Estado lo fortalece. Expliqué que esa tensión entre teoría y práctica es falsa, creada desde arriba para antagonizarnos. Al final hablé de Feral de Gabriela Jauregui y recomendé Este vacío que hierve de Jorge Comensal, Pánico o peligro de Maria Luisa Puga, Lectura fácil de Cristina Morales, Mar de Piedra de Aura García Junco, la obra de Dahlia de la Cerda y el podcast Morras vs Fundamentalismos
En este episodio hablo de que es más fácil dejar entre el dolor que el amor. Hablo de la culpa y el masoquismo generalizado, la subjetividad judeocristiana en que se nos socializa y se repite, que atraviesa todos los cuerpos sin importar sus características o identidades. Platico de la economía colonial que paga caro por las lágrimas del arte, el activismo y el periodismo del sur económico a través de becas, fondos, e instituciones internacionales. Una economía colonial que así como extrae recursos materiales y naturales también nos exprime el alma. Extrae nuestro dolor para que los de arriba se sientan bien, para aliviar su culpa blanca. La economía colonial nos hace competir por fondos internacionales a cambio de un salario para dar talleres, hacer documentales, arte, ficción o teoría capaz de invalidar el enojo y evitar que el conflicto social de lxs de abajo se convierta en organización política contra los de arriba. Hablo de bell hooks, Audre Lorde, Paulo Freire, Boaventura, Illich, el documental M20 Matamoros Ejido 20 de Leonor Maldonoado, el docu de Chavela Vargas
En este capítulo hablo del miedo que produce la escuela y la familia: el miedo a no estar preparadxs. También hablamos del miedo al amor, el miedo a la vulnerabilidad, un afecto que pone a circular el patriarcado al acostumbrarnos al dolor, el desamparo y el maltrato, como se puede ver en una escena donde Matthew Cuthberth va a comprarle un vestido a Anne. Hablamos de cómo los hermanos, al adoptar a Anne, se pueden hacer pasar por una familia tradicional, lo cual hace que se ganen cierta aceptación en su pueblo provinciano. Escuchamos Feathers and bells de Oddjob y Rains de Antlers.