Andrés Manuel demostró su poderío. Impuso a su candidata y está listo para cambiar al régimen. La democracia le estorba a su proyecto, Entonces, la destruye de tajo. López Obrador resultó un genio político, un gestor de la economía de la pobreza y de la codicia. Poder y dinero, integran la fórmula del tabasqueño. Esta mezcla la usó para generar un poder enorme, que las elecciones refrendaron. Han sido seis años de consolidación de su hegemonía y el desmantelamiento de los contrapesos. Actualmente, se comporta como si los 36 millones de votos en favor de Claudia Sheinbaum fueran suyos. Y tal vez, sí son. Los mexicanos perdimos. Decidimos votar por más billetes en la cartera, pero renunciamos a las posibilidades de una mejor calidad de vida, de progreso para las nuevas generaciones y de democracia. Casi seguramente, seguirán los asesinatos, el sistema de salud sin medicinas, sin hospitales ni vacunas. Seguramente, regresaremos al partido único y a las elecciones simuladas. Soportaremos las mentiras repetidas de manera interminable, a cambio de pensiones y bequitas. Desde su llegada al Palacio Nacional, Andrés Manuel, cortejó y reclutó a los 10 personajes más ricos del país, los hizo más ricos y ya son sus aliados. También, metió a la danza de los miles de millones de pesos a los militares. A la delincuencia le cedió territorios, y no la molestó en sus negocios cada vez más variados y expansivos. Mientras, las calles del país se llenaron de decenas de miles de homicidios y viven bajo fuego. De esta forma, desde su Silla del Águila, decidió que las tragedias cotidianas, de los mexicanos, se atenúan con dinero. Luego de años de vivir en la desesperanza, a muchos ciudadanos, les regresó la esperanza, de una mejoría, con el regalo de un dinero bimestral, equivalente a casi el mínimo de hace un par de años, para cada mes. Ahora, es casi medio Mini salario mensual, pero la posibilidad de recibir varios apoyos en el hogar aumenta. Al presidente le gusta alardear. Entonces, ya dijo con claridad lo que piensa, y lo que hizo: “La gente salió a votar por Morena porque ahora ven algo de su dinero en los programas sociales, antes no”. También, “Amor con amor se paga”, en las urnas claro. “Estos Programas de Bienestar no llegaban a la gente. Por eso algunos se asombran... ‘¿Cómo es que la gente sale a votar? “Porque el presupuesto es dinero del pueblo, y está recibiendo apoyos”, reitera. En el Palacio Nacional, sus funcionarios federales presentaron un informe en el que reconocieron que, antes de las elecciones del 2 de junio, fueron depositados a los beneficiarios más de 265 mil millones de pesos. Qué tal. Simultáneamente, él ya construyó un bloque de medios, de bots en redes y de empresas encuestadoras a para moldear la opinión pública en su favor. Así, en contraste, a quienes lo critican los ataca sistemáticamente y los carga de desprestigio. El presidente ganó otra vez. Desde el primer minuto, de su mandato, se dedicó a preparar la elección de su sucesor. Su deseo de mantener en el poder a la 4T fue siempre una de sus ambiciones. Así, los programas sociales que entregan miles de pesos, para decenas de millones de familias, fueron la prioridad de su gobierno. La elección de estado fue un hecho. El autoritarismo se impone. Los contrapesos serán destruidos. La democracia mexicana ya no será la misma. Los votantes mexicanos así lo decidieron. Sin embargo, los ciudadanos no construyeron un mandato. Fue, más bien, un referéndum para él y para sus transferencias de efectivo. Estamos ante una victoria construida por López Obrador. Hay un abstencionismo de casi 40 por ciento; solamente se registró el 61 por ciento de participación de la ciudadanía, inscrita en la Lista Nominal de Electores. Faltaron más votantes libres. El voto oculto fue de vergüenza, por increíble que parezca. Las clases medias no declaraban sus intenciones de votar por Morena.
Por: Jorge Arturo Estrada. | Abril de 1974. Miles de obreros, de las plantas de Cinsa y Cifunsa, destituyen a sus líderes sindicales cetemistas. Exigen aumentos salariales más justos y estallan una huelga para obtenerlos. La ciudad se sacude. Los patrones endurecen sus posiciones, se niegan al diálogo. Interviene el presidente de la república. Se firman acuerdos. Los trabajadores salen victoriosos. El apoyo de los saltillenses los haría invencibles. Luego de 49 días de lucha, ganaron. Pronto, vinieron las represalias, los despidos y las listas negras. Sin embargo, en los años siguientes, Saltillo, Coahuila cambiaría para siempre. Con la huelga Cinsa-Cifunsa, los subalternos rompieron la hegemonía de las élites. En 2024, el 3 de mayo, se cumplen 50 años de este movimiento social. A mediados de la década de 1970, las condiciones socioeconómicas en Saltillo eran malas. El modelo del Milagro Mexicano favoreció al desarrollo de las industrias, y al surgimiento de una clase empresarial que se consolidaría como dominante. Incluso, en ocasiones más poderosa que los gobiernos locales. Parte del éxito empresarial, se obtenía al mantener los salarios bajos. Lo cual, se facilitaba con los miles de migrantes que llegaban, a la ciudad, buscando empleos y compitiendo por ellos. Además, los sindicatos existentes generalmente eran pro patronales.
Por: Jorge Arturo Estrada | AMLO es un tipo de cuidado. Siempre juega a ganar. Sus juegos de poder son rudos. Sin titubeos ataca, desgasta e intenta demoler a sus adversarios. El papel de Andrés Manuel, en la elección de junio del 2024, será decisivo. Lo mismo en la victoria, como en la derrota. En junio, López Obrador va por el paso más importante de su carrera, es una jugada en la que muchos de sus antecesores han fallado. No siempre es fácil imponer en la silla presidencial a su sucesor. Sin embargo, tampoco será fácil derrotar al tlatoani; ni mandarlo al retiro, a su rancho tabasqueño, para quien sea la próxima presidenta.
Por lo pronto, AMLO sabe que está en la cumbre de su carrera. Él es temido y adorado. Así, seguirá fiel a su estilo, y con descaro seguirá abriéndole paso a su candidata. Sabe que su presencia en el proceso es indispensable para ganar. A la exjefa de gobierno, de la Ciudad de México, le falta el carisma y la personalidad del tabasqueño.
Entonces, el propio presidente, les recuerda a todos los grupos y actores de poder, a los que ayudó a ganar muchos millones o a encumbrarse políticamente, lo que le deben y cómo deben corresponder. Así, vemos actos de campaña de Claudia Sheinbaum, muy bien organizados y concurridos; actos que son nutridos con acarreos intensos en casi todos los estados, por los gobernadores. López Obrador no deja nada al azar, en el tema electoral. Él personalmente se encarga de la propaganda, del control de las encuestas y muchas veces de despejar el camino.
Actualmente, AMLO quiere convertir a la silla presidencial en un trono. Desea destruir los contrapesos democráticos, es una de sus últimas obsesiones. Las otras, son hacer ganar a Claudia y mantener a la Cuarta Transformación en el poder. Y, tal vez, intentar consolidar un Maximato.
En este momento, él se encuentra en la cúspide del poder de la política mexicana. Cuenta con una amplia base social y miles de millones de pesos para ejercerlo. Ya destruyó políticamente a sus principales aliados, los redimensionó y los colocó en rincones. Primeramente, los sedujo, los ilusionó con convertirlos en candidatos presidenciales; luego, los traicionó y los destruyó, políticamente hablando. Entonces, rápidamente les redujo su estatura y los convirtió en etcéteras dentro de su movimiento. Ellos, al aceptar las migajas ofrecidas, terminaron sometidos y listos para el olvido. En el proceso de las corcholatas, finalmente, se decidió por el personaje más inexperto y dependiente de su poderío personal.
Autoritario e intransigente, Andrés Manuel, durante dos décadas ha ido buscando el poder; y, a cada paso, fue desplazando a todos los que lo ayudaron a llegar a la cima, sin miramientos. Así lo hizo con Heberto Castillo, Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo y Rosario Robles, entre otros. Más recientemente, les repitió la dosis a Marcelo Ebrard, a Adán Augusto López y a Ricardo Monreal. No le gusta tener competencia.
La Frágil Democracia Atrapada por el Autoritarismo, la Desinformación y la Crisis Política.
Por: Jorge Arturo Estrada |La no es confiable. Las Fake News abundan. Las redes están contaminadas de odio y bots. Los medios formales están azorados y amenazados, su modelo de negocios está roto. Los ciudadanos quedamos inmersos en noticias dispersas, alimentados por algoritmos generadores de parcialidades informativas; y, por encuestas “cuchareadas”. Así, iremos a las elecciones, más importantes de la historia moderna de México. Polarizados y casi a ciegas, llegaremos ante las urnas el 2 de junio de 2024.
En este escenario, el presidente avanza con fuerza. Las instrucciones están dadas. Las condiciones son obedecidas, y son inapelables. Sin embargo, el juego electoral, de Andrés Manuel, se desarrolla a tropezones, y entre escándalos de corrupción. Su candidata no es invencible. No obstante, la oposición aún no se percibe con la fuerza necesaria para ganar. La elección presidencial sigue siendo un enigma. Al parecer la moneda está en el aire. López Obrador está molesto.
En este momento, los escenarios son volátiles e inciertos. La violencia es imparable, en gran parte del país. Definitivamente los abrazos no bastaron. Los homicidios ya suman más de 180 mil. La macroeconomía parece buena, pero el kilo de tortilla está a 27 pesos, aunque el dólar cueste 18 pesos. Los salarios mínimos subieron al doble y los alimentos al triple. La carestía se expande.
Los oficialistas, como siempre, reportan que los banqueros y empresarios están contentos con el obradorato. Por supuesto que lo están, cobran intereses bancarios del 12 por ciento anual, antes eran de 6 por ciento. Y la inflación la registran en menos de 5 puntos porcentuales. Por su parte, los hombres de negocios más ricos de México aumentaron en 30 por ciento sus fortunas. Qué tal.
La Herencia de AMLO: Elefantes Blancos y Un Gobierno en Crisis. | México en la Encrucijada: Elecciones Cruciales y Desencanto Ciudadano. | AMLO y Trump: Un Juego Político que Define el Futuro de México.
Por: Jorge Arturo Estrada
La realidad es imparable. El cierre de sexenio será turbulento. El presidente está nervioso. Aun no hay nada seguro respecto a su sucesora. Hay demasiados hilos sueltos. Demasiada incompetencia lo rodea y los problemas se multiplican. Faltan más escándalos de corrupción por estallar. Él teme que sea una elección cerrada. Las encuestas ya no son confiables, hay mucha demagogia, temor y dinero en el tema electoral.
Como ingrediente adicional, al mismo tiempo, John Biden va por la reelección en el país vecino y AMLO va por el Maximato. Donald Trump es el elemento disruptivo que va por la revancha. En estos escenarios electorales, México y el gobierno obradorista serán la piñata.
Entonces, a pesar de presumir alta popularidad, la mayor arma obradorista será el abstencionismo. Por eso, se trabaja en generarlo, intensamente, con base en encuestas amañadas y ventajas fantasiosas. AMLO no quiere muchos votantes libres ante las urnas. Morena, tiene en el acarreo uno de sus activos más relevantes. En estos momentos, el miedo a perder los programas sociales es ya un factor de peso, entre la mitad de la población.
La popularidad de AMLO es 54 por ciento, a la economía la aprueba solamente el 42 y la seguridad la reprueba 68 de cada 100 mexicanos. Los resultados de su gobierno son mediocres, según Mitofsky en su tracking poll de más de 5 años.
El sexenio se acaba. El gobierno de AMLO es una tragedia, un fracaso. Sin brillantez en lo esencial; Andrés Manuel, se va consolidando como el personaje político más poderoso de los últimos tiempos.
Para él, conservar el poder es lo más importante. La base de su mandato fue demagogia pura. Sin seguridad, ni progreso, no hay transformación. Sin embargo, López Obrador ya generó una base social electoral a lo largo y ancho del país. En este momento, ya construye una Elección de Estado. Prepara su Maximato.
Desde el primer día de su gobierno estableció la ruta crítica, para mantener la 4T en el poder. Sin embargo, el poder desgasta. El López Obrador del 2024 ya no es el mismo del 2018. Su pátina de honestidad valiente se fue disipando y, a lo largo de estos años, dejó ver su apego al poder y al dinero para conseguirlo y para retenerlo. Le quedan 35 semanas en Palacio Nacional, El 30 de septiembre del 2024 se le acaba el encanto.
Su cierre será turbulento. El intentará doblegar a sus adversarios, jugándose el todo por el todo. Aunque, estos reviran con misiles periodísticos que revelan enormes casos de corrupción, en casi todos los flancos de su gestión. Él mismo ya ha sido marcado como el Rey del Cash y ahora su círculo íntimo es señalado por contratos amañados.
El presidente falló en cumplir su promesa principal: no acabó con la corrupción. La escoba no se activó nunca. Las escaleras están más sucias que antes. El mandatario, sus gobiernos y muchos de sus cercanos están manchados. La encuesta de Mitofsky, de diciembre del 2023, recoge que el 73 por ciento de los mexicanos opinan que hay Mucha Corrupción en el gobierno de AMLO, además que estamos peor en salud 46 por ciento y en seguridad el 43.
Los votos del 2024 serán producto del resentimiento o del aspiracionismo. Vendrán desde el rencor, o desde los sueños de superación, de los mexicanos. Serán votos de castigo al presidente López Obrador y a su forma de gobernar, o sufragios para impedir el regreso de los prianistas, que acapararon el poder por décadas. Con los candidatos ya perfilados, millones de ciudadanos cruzarán la boleta por el menos peor. Es un momento difícil, para nuestra frágil democracia. Es una etapa, que evidencia que la clase política nacional es tóxica. Y, que estamos atrapados en un proyecto de poder, personal y populista, incapaz de generar progreso y calidad de vida.
Vivimos en un país agobiado por la violencia. Que avanza entre tumbas, desaparecidos y a tropezones. Que carga con más de un millón de muertos, por homicidios, pandemia mal manejada y por el sistema de salud desmantelado. Por un gobierno concentrado en destruir contrapesos democráticos y reconstruir la dictablanda del PRI ancestral.
Cada día, somos testigos de cómo Andrés Manuel López Obrador, ha implementado su sucesión desde el poder. Ya atacó y logró debilitar al Instituto Nacional Electoral, al Poder Judicial y a la libertad de expresión. Así, el mandatario ha ido pavimentando el camino para elegir a su sucesora, a la persona que consideró más manejable. En un intento final de consolidar un poder transexenal.
De igual manera, ha sacado provecho de los múltiples errores y titubeos de los opositores. Él sí, ha sabido controlar los imprevistos. Además, ha manejado con mano de hierro a su partido. Uno a uno, ha ido reduciendo el tamaño de los calefactos morenistas, a cada uno lo sometió con rudeza. Ahora los hace comparecer como el dream team de Sheinbaum. Un equipo de tipos con poco prestigio, escasa base social, doblados por el mandatario y ya muy rancios políticamente.
Por su parte, a sus adversarios los fue demoliendo, sistemáticamente, por diversos frentes, impidiendo que crecieran en las percepciones de públicos amplios. Durante semanas, desde Palacio Nacional, se ordenó a los medios de la capital del país “silenciar” e invisibilizar, a Xóchitl y las televisoras, radios y diarios obedecieron.
Simultáneamente, la estrategia de desacreditar a las encuestadoras ha ido dando resultados. Se les solicitó que dieran cifras con amplias ventajas para Claudia y nulo crecimiento para Gálvez y cumplieron su cometido.
Luego, la comentocracia dócil se manifestó de acuerdo con esos numeritos y los replicó. En este momento, ya nadie tiene certezas acerca de cómo va la contienda en las percepciones ciudadanas.
Se va cocinando la percepción de que “este arroz ya se coció”, entonces la ventaja de Sheinbaum sería definitiva. Sin embargo, vienen cosas interesantes, nada está escrito en piedra aún. Veremos
Por Jorge Arturo Estrada
En medio de una intensa guerra electoral, la clase política mexicana revela sus defectos y corrupciones. La lucha por el poder se desenvuelve entre actores dispuestos a conservarlo y otros ansiosos por recuperarlo, sumergiéndose en un terreno de luchas enlodadas y estrategias tramposas.
El Desencanto con la Clase Política
La situación actual evidencia la decadencia de la clase política mexicana inmersa en una guerra electoral. Con la falta de ideologías claras y ciudadanos desinformados, la elección se reduce a votar por el menos tóxico, un reflejo de la falta de opciones que enfrenta la sociedad.
En el 2018, la democracia mexicana tomó un rumbo incierto al elegir a López Obrador, un líder que encarna los vicios de la vieja política priista. A menos de 300 días de concluir su sexenio, el peligro para México persiste en Palacio Nacional, resistiéndose a abandonar el poder.
Los partidos políticos, especialmente el PRI en camino a la extinción, y el PAN con una dirigencia inepta, presentan una oferta desalentadora. Ante esta realidad, los ciudadanos no acarreables se ven obligados a votar por el menos peor, evidenciando la crisis interna de los partidos.
El desinterés ciudadano por la política y la falta de ideologías entre los políticos alimentan la corrupción. Motivados por el poder y la riqueza, la clase política mexicana se ve envuelta en casos de corrupción tolerados desde diversos gobiernos, sin cambios sustanciales.
La intensificación de la guerra electoral, alimentada desde las Mañaneras del gobierno federal, revela la corrupción y la ineficiencia de la administración actual. Mientras el presidente evade situaciones críticas, la compra de medios y encuestadoras busca desalentar el voto opositor.
En medio de este caos, la clase media ilustrada se convierte en la última esperanza para mantener viva la democracia. Su participación masiva en las urnas en junio de 2024 se presenta como la única vía para enfrentar el riesgo que representa López Obrador y su partido. El futuro de la democracia en México pende de un hilo, y la intensidad de los acontecimientos promete ser aún mayor. Veremos.
El Errático Camino de la DemocraciaPárrafo 3: Partidos Desgastados y Ciudadanos DecididosPárrafo 4: Desinterés Ciudadano y Falta de IdeologíasPárrafo 5: El Caos Electoral y el Papel de los Medios
Por: Jorge Arturo Estrada
Legisladores del PRI en Coahuila: Entre el Dedazo y la Búsqueda del Voto de Castigo
En Coahuila, la fortaleza del PRI reside más en su estructura electoral eficiente que en la calidad de sus candidatos. A pesar de mantener prácticas antidemocráticas, el tricolor enfrenta el reto de no ser suficiente para derrotar al morenismo si este va en bloque con el PT y el Verde. A nivel federal, optan por la alianza con el PAN y el PRD.
En las elecciones del 2021, el PRI no comprendió que su victoria se debió a votos de castigo propinados a AMLO y Morena. Con solo un 25% de voto fiel, se unen al PAN y el PRD para enfrentar el 40% de la 4T. Los legisladores en busca de reelección han sido herramientas de la dirigencia nacional, sin representar los intereses de sus electores. En el 2024, buscan nuevamente el voto de castigo hacia AMLO, respaldados por la eficiente operación electoral de las lideresas coahuilenses. La política en Coahuila se vuelve un escenario a observar.
Por: Jorge Arturo Estrada
Desafíos en el Horizonte: La Batalla por la Alternancia Continúa
La situación actual en México plantea desafíos significativos para la democracia. A medida que nos adentramos en una elección crucial, la ciudadanía se encuentra ante la disyuntiva de continuar con un gobierno concentrado en un solo hombre o buscar la tan necesaria alternancia.
En este periodo, López Obrador ha dejado claro que su voluntad y decisión son la fuerza motriz del gobierno. Desde ataques verbales hasta el uso de recursos millonarios para replicar su mensaje, el presidente ha consolidado un gobierno centrado en su figura.
El asedio a las instituciones democráticas, como el Poder Judicial y la Suprema Corte, plantea un riesgo evidente. Con organismos autónomos dañados y decisiones titubeantes, la democracia mexicana enfrenta una amenaza palpable en este 2024.
Millones de ciudadanos, decepcionados por López Obrador, aguardan en las sombras. Su descontento podría convertirse en el factor determinante en las elecciones de junio del 2024. Serán, quizás, la pieza clave para derrotar al actual mandatario.
Al repasar el último medio siglo, se revela un panorama marcado por fraudes electorales, represiones y crisis económicas recurrentes. La lucha por la democracia ha sido constante, enfrentando desafíos que han forjado la actualidad política del país.
Desde la victoria de Vicente Fox en el 2000 hasta las protestas de López Obrador en el 2006, la lucha por la alternancia ha sido una constante en la historia reciente. En el 2024, nuevamente, se presenta como la única vía para evitar una dictadura perfecta.
Ante la elección de estado, la clase media emerge como defensora de la democracia. Recordar al presidente que el poder es temporal y que el país no le pertenece es vital. La lucha persistente por la alternancia es la única garantía de un futuro democrático.
En este escenario político complejo, la ciudadanía mexicana se encuentra en una encrucijada. El destino del país está en juego, y la decisión entre continuar con un gobierno unipersonal o buscar la alternancia definirá el rumbo de México en los próximos años.
El Legado de AMLO: Un Gobierno Unipersonal e Instituciones en Peligro: Asalto a la DemocraciaCiudadanos Desencantados: Un Rol DecisivoRevisión Histórica: Democracia en MéxicoLa Batalla por la Alternancia: Pasado, Presente y FuturoEl Rol Crucial de la Clase Media: Defensores de la DemocraciaConclusiones: El Futuro de México en Juego