Es el primero de una serie de 10 capítulos, para desafiar a los que piensan que cualquiera no puede rezar.
Un retiro sobre la santidad en el mundo de hoy.
MARÍA RIVIER, mujer apasionada de Jesucristo
Durante toda su vida, María Rivier estuvo seducida por Jesús. Muy joven, irrumpió en su vida y ocupó todo el espacio. Al verla vivir, la gente unánime decía que era Jesús el todo de su vida. Le gustaba recordarles a sus hermanas: “Que nuestras vidas sean como un evangelio abierto donde la gente pueda leer a Jesucristo”.
Danos Señor, el amor ardiente que la empujaba a agradarte en todo.
MARÍA RIVIER, mujer de ofrenda, a la escucha del Espíritu Santo
Tú, que en el silencio de tu corazón te dejaste guiar, iluminar y moldear por el Espíritu Santo, enséñanos a escuchar con paz lo que nos dice: "Observemos el silencio y tendremos las visitas y las consolaciones del Espíritu Santo", decía.
Danos Señor, el espíritu de escucha y de ofrenda que le animaba.
Señor, Tú que has hecho crecer en María Rivier un espíritu de fe y confianza, siguiendo su ejemplo, haznos inquebrantables en esta forma de amor: "Todo nos viene de Dios", decía. "La santidad comienza con el espíritu de fe y finaliza en el amor divino".
Pon en nosotras, Señor, el espíritu de fe que le embargaba.
Habitada por el Espíritu Santo, sabía que todo nuestro mal proviene del hecho de que no siempre tenemos la mirada puesta en Dios: "Trabajemos desde el interior", decía, "la primera de nuestras obras es la obra del corazón “
Pon en nosotras, Señor, el deseo de vivir de Ti, en Ti y por Ti...
Señor, antes de dejarnos, nos diste a tu Madre como modelo. Toda su vida, María Rivier confió en Dios y en la Santísima Virgen. Decía que todo lo había conseguido a fuerza de rosarios cuando confió en ella: "Siempre me ha gustado hablar con ella de forma bastante sencilla como un niño habla con su madre".
Danos Señor, su amor por la Virgen María.
MARÍA RIVIER, mujer con corazón de fuego
Tú, Mujer Apóstol de corazón ardiente, que siempre obraste por la mayor gloria de Dios y la salvación del mundo, enséñanos a convertirnos hoy en seres de fuego para encender los corazones de su amor. "El fuego produce fuego", decía, "una antorcha encendida enciende muchas otras".
Pon en nosotros, Señor, su espíritu de fuego.
28 de enero
MARÍA RIVIER, mujer de compasión
MarÍa Rivier estuvo atenta a todas las situaciones de angustia. Quienes la rodean informan que vivió el evangelio de la misericordia y de la compasión al pie de la letra con un gozo de corazón que nada podía desarmar. La pobreza de su casa no le impidió acoger a niñas huérfanas: "Mientras me quede un pedazo de pan", decía, "lo compartiré con mis niñas huérfanas".
Pon en nosotras, Señor, su mirada de amor sobre nuestro mundo.
27 de enero
MARÍA RIVIER, mujer de humildad y de sencillez
“Dejad que los niños vengan a mí porque el Reino de Dios es de ellos y de los que se le parecen. Dijo Jesús. María Rivier entendió bien estas palabras, porque dijo: “Jesucristo se complace entre los humildes. Se comunica de buena gana con gente sencilla y humilde”.
Danos Señor, su espíritu de humildad.
26 enero 2024
MARÍA RIVIER, mujer alegre con corazón caritativo
"Lo que hagáis al más pequeño de los míos, me lo haces a mí", dice Jesús. María Rivier encarna esta Palabra con su espíritu de caridad: "Ensanchad vuestros corazones", decía, "tened un gran corazón, entonces experimentaréis una verdadera alegría".
Pon en nosotros, Señor, su espíritu de caridad.
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