
MARÍA RIVIER, mujer con corazón de fuego
Tú, Mujer Apóstol de corazón ardiente, que siempre obraste por la mayor gloria de Dios y la salvación del mundo, enséñanos a convertirnos hoy en seres de fuego para encender los corazones de su amor. "El fuego produce fuego", decía, "una antorcha encendida enciende muchas otras".
Pon en nosotros, Señor, su espíritu de fuego.