Cuarenta y ocho horas antes de su boda con la actriz peruana Micaela Belmont, conversé con Fernando Palazuelo en el Palacio de Godoy, hoy hotel de la Curio Collection by Hilton.
Hablamos de su pasado y de su futuro: del deseo de abrir el edificio a los cacereños, de devolver al centro histórico la vida que un día le perteneció.
Desde aquella charla nace esta reflexión sobre una ciudad que se busca a sí misma entre la piedra y el aire. Cáceres necesita abrir sus puertas igual que el Palacio de Godoy: a la convivencia, al comercio local, a la modernidad con raíces.
El episodio recorre la Ciudad Monumental como si fuera un organismo vivo, un sésamo de historia y presente. Habla de Atrio, del valor de la cercanía, del peligro de convertir la belleza en museo, de la necesidad de mantener la ciudad habitada y no solo admirada.
Porque el verdadero sésamo de Cáceres no son sus piedras, son sus vecinos.
Y cuando el visitante se siente parte, la ciudad vuelve a respirar.
Una conversación con Pedro Muriel, concejal de Servicios del Ayuntamiento de Cáceres, me llevó a pensar en el agua como hilo invisible entre el pasado y el presente de la ciudad.
El nuevo proyecto municipal moderniza el abastecimiento y la depuración con tecnología de última generación; sin embargo, su espíritu hunde raíces en los viejos aljibes que dieron vida a la Cáceres medieval.
De los tanques de tormentas a las bóvedas del Palacio de las Veletas, este episodio es un viaje entre la ingeniería y la memoria: un homenaje al agua que nos sostiene y a la ciudad que aprendió a guardarla bajo tierra para escribirla, siglos después, a cielo abierto.
La pieza musical final, “El aljibe de Las Veletas”, es de mi autoría y ha sido creada en colaboración con Suno AI, especialmente para este relato.
En noviembre de 1986, el casco histórico de Cáceres fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, un hito que iluminó la ciudad y la unió para siempre a la historia universal.
En este episodio de Grosso Modo revivimos aquella noche inolvidable y exploramos el significado de este título: sus obligaciones, su impacto en la conservación del patrimonio y su legado casi cuatro décadas después.
Un viaje sonoro por la memoria de una ciudad que, desde aquel momento, quedó para siempre unida a la eternidad.
En este episodio de Grosso Modo viajamos a la Edad Media para descubrir cómo el Fuero de Cáceres puso orden en una ciudad recién conquistada. Un texto jurídico que reguló la vida cotidiana y marcó el inicio de una nueva etapa histórica.
Con música de fondo y una narración cercana, conocerás la historia de este documento que aún hoy resuena como testimonio de justicia, convivencia y memoria colectiva.
Cada verano España se enfrenta a la misma sombra: el fuego. En Cáceres hemos visto en pueblos como Jarilla, Aliseda, Hervás, La Garganta o Casar de Cáceres a hombres y mujeres convertidos en improvisados bomberos, mientras en el monte, ese compañero silencioso de nuestra historia, se consume en minutos lo que ha tardado siglos en crecer.
Y es que el precio del fuego sigue siendo demasiado bajo…
¿Qué ocurre cuando el gigante de la cartografía digital se enfrenta a las callejuelas imposibles de la ciudad medieval de Cáceres? En este episodio te llevo por la Cuesta de la Compañía, donde las piedras hablan, los muros guardan historias y hasta Google Maps baja la guardia. Un viaje sonoro entre anécdotas, humor y curiosidades que te hará mirar tu GPS… con otros ojos.
Desde la Norba Caesarina fundada por Cayo Norbano Flaco hasta la Cáceres del siglo XXI, las vías han cambiado… pero la espera sigue. Un viaje irónico e histórico por la Alta Velocidad que no llega, donde Roma ponía legiones y calzadas, y nosotros ponemos licitaciones y promesas. “Ave, Caesar, exspectaturi te salutant”: los que van a esperar, te saludan.