
Una conversación con Pedro Muriel, concejal de Servicios del Ayuntamiento de Cáceres, me llevó a pensar en el agua como hilo invisible entre el pasado y el presente de la ciudad.
El nuevo proyecto municipal moderniza el abastecimiento y la depuración con tecnología de última generación; sin embargo, su espíritu hunde raíces en los viejos aljibes que dieron vida a la Cáceres medieval.
De los tanques de tormentas a las bóvedas del Palacio de las Veletas, este episodio es un viaje entre la ingeniería y la memoria: un homenaje al agua que nos sostiene y a la ciudad que aprendió a guardarla bajo tierra para escribirla, siglos después, a cielo abierto.
La pieza musical final, “El aljibe de Las Veletas”, es de mi autoría y ha sido creada en colaboración con Suno AI, especialmente para este relato.