6 Enero 2023- Día de reyes. Tres hombres procedentes de oriente se postraron ante Jesús para ofrecerle tres regalos: “oro, mirra e incienso” (Mateo
2:11).
Contra la explotación y el maltrato infantil
No nos callemos. Contémosle al mundo el verdadero significado de la navidad. No olvidemos que ha llegado el tiempo de hablar de Jesús al mundo entero, en diferentes formas (a través de las redes sociales con un mensaje viral) y con una actitud pacífica (un mensaje de paz). Transmitiendo la alegría de habernos encontrado con Dios y su misericordia, en la persona de Jesús.
Los reyes sabios nos dejan una gran enseñanza: Que Dios siempre recompensa a quienes le buscan; y el Espíritu de Dios es quien interviene en la historia particular de cada uno para un encuentro personal con Jesús como su salvador personal.
Ana y Simeón eran personas justas, creyentes, con esperanzas en la promesa de un Salvador. Su estilo de vida se caracterizaba por el amor, la oración y el servicio a los demás. Gracias a su fe y perseverancia, tuvieron años de vida para ver el cumplimiento de la promesa, al contemplar el rostro de la "misericordia de Dios" en el niño Jesús.
La gracia de Dios es el resultado de creer la palabra de Dios y ponerla en práctica. Las mujeres aprenderán a ser madres hablando menos y escuchando más, creyendo la palabra de Dios: Orando, sirviendo, ayudando, dando esperanza a los necesitados, así como María cuando visitó a su parienta Elisabeth.
Todo padre de familia está llamado a descubrir los signos de la presencia de Dios, quien tiene el poder para guiarle a tomar decisiones sabias que lo llevarán a conformar una familia bendecida por el amor y la misericordia de Dios.
En la sociedad, la familia debe identificarse como un templo del Espíritu Santo; que se cuida y respeta con la misma ternura que a un bebé a punto de nacer. El principio del propósito de Dios se parece a su nacimiento, y es un motivo de alegría y gozo. Un gozo que se comparte con familiares y vecinos, así como la Navidad.
El Espíritu de Cristo, Espíritu Santo, Espíritu de Dios es quien nos enseña a conocer quién es Jesús y entender porque debemos llamarlo Señor y Salvador. Sólo Él nos mueve a recibirle en el corazón. El resultado de recibirle produce en el creyente una alegría indescriptible, que se manifiesta en forma de esperanza de vida eterna.
Cada vez que nos acercamos al pesebre, debemos sentirnos alegres, unidos, orgullosos y conmovidos, porque realmente estamos celebrando y contemplando la vida que Dios manifestó en su Hijo, haciendo honor a su nombre "Emanuel" que significa: Dios está siempre con nosotros (Mateo 1:23).
Dios es realmente bueno y es un padre misericordioso. Él quiere manifestar su amor y compromiso en cuidar de todos nosotros todos los días, para ayudarnos a crecer integralmente. No tenemos que tratar de merecer su amor, porque Dios mismo "es Amor" y se da libremente a quienes confían en Él.