Un trozo de chocolate puede ser el obsequio perfecto en una festividad, una alegría compartida en una boda, un consuelo cálido en los inviernos fríos, un tentempié en medio de una jornada laboral, o el premio más dulce y esperado para los niños. Pero, entre la dulzura del chocolate, aún persisten esos matices sutiles de amargura y acidez, recordando a cada generación china las luchas y sacrificios que precedieron a esta felicidad cotidiana.
Show more...