Aprende a prepararte para tu encuentro con el Redentor: limpia tu corazón, deja que el Espíritu te unja, reviste tu alma de esperanza, rinde tu voluntad y obedece su voz.
Dios sigue escribiendo historias de redención… y la tuya puede comenzar hoy.
Salmo 13 nos enseña cómo liberarnos de la angustia: expresar nuestro dolor a Dios, pedir su ayuda, confiar en su misericordia y alabarle públicamente. Aprende a transformar la desesperación en esperanza incluso antes de ver su respuesta.
La mayor necesidad del ser humano no es material ni emocional, es espiritual. Necesitamos reconciliarnos con Dios.
2 Corintios 5:18-20, este mensaje nos recuerda que en Cristo, el Padre nos busca, nos perdona y nos transforma.
Escucha este mensaje y permite que la Palabra despierte en ti el deseo de volver al Padre y vivir como una nueva criatura.
1 Samuel 3 nos recuerda que incluso en tiempos de tinieblas espirituales, la lámpara de Dios sigue ardiendo.
Este mensaje te invita a escuchar la voz de Dios, restaurar tu altar y mantener encendido el fuego del Espíritu antes que se apague. ¡Un llamado a despertar y ser parte del avivamiento!
¿Por qué Dios permite que pasemos por momentos de dolor y traición?
En este mensaje descubrimos, a través de la historia de José, que lo que hoy parece tu peor temporada puede convertirse en el instrumento de Dios para salvar y bendecir a muchos.
Dios es paciente, pero no pasivo. Su misericordia da muchas oportunidades… pero no se puede abusar de ella. Ignorar su voz, endurecer el corazón y disfrazar la incredulidad de religiosidad nos lleva al peligro de agotar Su paciencia. Aun así, Su plan sigue adelante… pero sin los que deciden darle la espalda.
El llamado de Dios es a restaurar lo que el enemigo rompió.
La soberanía de Dios no depende del permiso del hombre. Él gobierna con poder absoluto, cumple su voluntad perfecta y nada ni nadie puede detener lo que Él ha determinado.
¿Has regresado alguna vez a casa y sentido que todo se ha venido abajo?
David y sus hombres vivieron ese momento cuando volvieron a Siclag y la encontraron quemada, sus familias cautivas, y su mundo reducido a cenizas.
David lloró… pero también se fortaleció en Jehová, consultó a Dios y recuperó TODO lo que había perdido.
Aunque enfrentes sequía, soledad o incertidumbre, Dios sigue siendo Jehová Jireh. Él provee de formas inesperadas y, en tu lugar de quebranto, está obrando para llevarte a mayores victorias.
La provisión de Dios siempre está en el lugar de la obediencia.
A veces oramos y parece que el cielo guarda silencio.
Como David, preguntamos: “¿Hasta cuándo, Señor?”
Pero en medio del dolor, nace una fe que no se rinde.
Una fe que suplicando, recuerda la fidelidad de Dios y se atreve a cantar antes de ver el milagro.
Josafat no se apoyó en su fuerza militar, sino en la oración, adoración, obediencia y total dependencia de Dios.
Y el resultado fue claro: Dios peleó la batalla y dio una victoria que Judá no podía haber logrado por sí sola.
El mayor peligro del cristiano no es caer en pecado, sino aprender a convivir con él, justificarlo… y hasta defenderlo. Cristo no te rescató para que ames tus cadenas.
Una iglesia saludable no se mide por su tamaño, sino por su compromiso con Dios y su misión.
En los momentos de mayor dolor y tribulación, nos preguntamos: ¿Por qué Dios permite el sufrimiento? Pero la verdadera pregunta es: ¿Para qué lo permite?
2 Corintios 1:3-4 nos revela que Dios no solo nos consuela en nuestras aflicciones, sino que nos llama a convertirnos en instrumentos de Su consuelo para otros. En este mensaje, descubrirás cómo el dolor puede transformarse en propósito, cómo la aflicción nos acerca más a Dios y cómo nuestras pruebas pueden fortalecer la fe de quienes nos rodean.
Dios no nos deja solos en la tribulación. Él es el Padre de misericordias y Dios de toda consolación.
En un mundo donde muchas iglesias cierran sus puertas, el evangelio sigue siendo el fermento que transforma corazones y naciones. ¿Estamos listos para ser esa minoría creativa que cambia la historia?
No importa cuán extranjero te sientas en tus circunstancias, la gracia de Dios siempre te encontrará.
El mover de Dios siempre sorprende, siempre transforma, y siempre te lleva más allá de tus límites.
¿Qué metas estás propuesto a alcanzar en tu vida? Ponla delante de ti y mira hacia adelante. Con alegría y agradeciendo a Dios al ser desafiado.
¿Dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? 📖 Salmos 139:7
Recuerda de que estamos siempre bajo su amorosa mirada y nadie puede en ningún lugar esconderse de Dios.