Creo que heredé de mi papá la fascinación por la muerte y he desarrollado una relación abierta y sin tapujos con ella.
Muchas veces me pesco pensando ¿cómo será, qué se sentirá y para dónde iré(mos)? Por razones personales hace unos años decidió dejar por escrito bajo qué circunstancias quisiera morir dignamente, y desde entonces no he dejado de pensar en el final de la vida.
En el proceso me hablaba mucho del Dr. Santoyo, quien lo ha acompañado en la preparación de este documento, y varias veces me dijo "sería interesante que conversaras con él".
Cuando SOMOS nació supe que quería escuchar a este "personaje" del cual mi papá me había hablado tanto.
Conversar con alguien que ha acompañado a cientos de personas a morir dignamente, me recordó que pensar en la muerte, incluso prepararnos para ella, es una forma de honrar la vida.
Hace años escuché a mi mamá hablar de Laura, y desde entonces supe que quería conocerla. Nunca imaginé que ese momento llegaría, y mucho menos que sería mi segunda invitada en SOMOS.
Tuve la fortuna de conversar con ella no una, sino dos veces, y cada encuentro me recordó que, incluso en los momentos más oscuros, puede haber luz y alegría.
Su historia me tocó profundamente porque muestra que, por doloroso que sea lo vivido, no tiene por qué definirnos ni condenarnos. Al contrario, el perdón puede convertirse en la puerta hacia nuestra propia libertad.
En un momento histórico donde todo parece resquebrajarse, Laura apareció en mi vida para recordarme que, aunque a veces cueste verlo, detrás de todo está el amor que sostiene el misterio y el milagro de estar vivos.
Ojalá disfruten este episodio tanto como yo.
Con muchísimos nervios, me senté por primera vez frente a un micrófono para conversar con un hombre —no por su profesión ni por su fama—, sino por su mirada tan honesta y radical ante la vida.
Hace unos meses escuché una entrevista que le hizo BBVA y quedé anonadada al oír a un actor hablar con tanta soltura y autenticidad sobre temas tan complejos como el trauma, la infancia y las relaciones de pareja.
Me quedé con tantas ganas de conversar con él que me animé a hacer algo que nunca había hecho: escribirle a un desconocido para entrevistarlo.
SOMOS nace con el “sí” que Andrés me dio… y con la certeza de que, más que respuestas, lo que tengo son preguntas para hacer el resto de mi vida.