A partir del incendio del Palacio de Justicia de Viena en 1927, Heimito von Doderer construye una soberbia y envolvente novela coral, con más de cien personajes inolvidables, extraídos de todas las capas sociales de la Viena de postguerra. En su crónica no dejan de percibirse los ecos de un ilustre pasado y sus transformaciones, así como el convencimiento de que la ideología ahoga la esencia constitutiva de la vida. Virtuoso excepcional, defensor de la dignidad esencial del hombre, Heimito von Doderer se nos muestra en esta novela, publicada en 1956, como uno de los grandes de la literatura europea del siglo pasado.
“Los demonios y sus casi mil setecientaspáginas requieren que ese lector no esté tan dispuesto a leer un libro como a penetrar en un mundo, pero quien lo esté saldrá con la sensación de haber ascendido a una montaña desde la que se contempla un paisaje extraordinario.”
Patricio Pron, Revista de Libros
El enigmático flâneur conocido como Gaustín inaugura en Zúrich una clínica para enfermos de alzhéimer. Sus instalaciones reproducen las distintas décadas del siglo XX al detalle, lo que permite a los pacientes regresar al escenario de sus años de plenitud. Pronto, un número creciente de ciudadanos perfectamente sanos solicita ingresar en la clínica con la esperanza de huir del callejón sin salida en que se han convertido sus vidas. Pero este «cronorrefugio» no puede contener por sí solo un sueño tan seductor y la idea se propaga por toda la Unión Europea. Es entonces cuando el pasado invade el presente como una ola devastadora. Ensueño distópico y sembrado de premoniciones, el ganador del Premio Strega es un viaje de ida y vuelta al continente del ayer y un examen severo de nuestra relación íntima y política con la nostalgia.
«Una monografía literaria del don humano más delicado de todos: el sentido del tiempo y del paso del tiempo. Pocas veces llegan a nuestras manos libros tan locos y maravillosos como este». Olga Tokarczuk
La ciudad mexicana de Santa Teresa -trasunto de Ciudad Juárez- atrae como un imán a los protagonistas. Cuatro críticos literarios europeos viajan hasta Sonora tras las huellas del escritor desaparecido Benno von Archimboldi, cuya vida se refiere en la parte final de la novela. Allí conocerán a Amalfitano, el profesor universitario chileno que, junto con su hija, se establece en la ciudad, a la que también llegará el periodista estadounidense Oscar Fate para retransmitir un combate de boxeo. Pero el corazón del relato se encuentra en «La parte de los crímenes» donde, con la precisión de un bisturí, Bolaño narra los asesinatos de mujeres cometidos en Santa Teresa y las infructuosas investigaciones de la policía. En el epicentro del Mal, nada puede parar el horror.
Durante la Segunda Guerra Mundial, 131 ciudades y pueblos alemanes fueron tomados como objetivo de las bombas de los Aliados, y buen número de ellos resultaron arrasados casi por completo. A consecuencia de esos bombardeos murieron seiscientos mil civiles alemanes: una cifra que duplica el número de las bajas de guerra sufridas en conjunto por los americanos. Siete millones y medio de alemanes quedaron sin hogar. Dado el asombroso alcance de la devastación, el autor se hace una pregunta: ¿por qué este tema ocupa tan escaso espacio en la memoria cultural de Alemania?
En Sobre la historia natural de la destrucción, Sebald investiga a fondo este ominoso silencio, las consecuencias universales de la negación del pasado. Examina viejas y piadosas interpretaciones que vienen de lejos y las sustituye por incómodas pero necesarias verdades. Da respuesta a las preguntas cruciales que se plantean cuando las comunidades deben sanar de las heridas que se han autoinfligido, entre las que destaca el gran interrogante sobre quiénes tienen derecho a atribuirse el papel de víctima.
Una novela que recupera los elementos más notables de la narrativa de Carlos Fuentes: la visión negativa de la política mexicana, la idea de retorno incesante de las situaciones, el poder corruptor y el uso de símbolos.
En el año 2020, en un México sin telecomunicaciones, se desata la lucha por la presidencia, es decir, por sentarse en la Silla del Águila y no abandonarla nunca. Esta situación da pie a una trama de conspiraciones relatadas por ministros que se ven obligados a comunicarse por escrito.
En La Silla del Águila no hay lealtad que valga: por conseguir el poder, el padre es capaz de traicionar al hijo, la esposa al cónyuge, el secretario de estado al primer mandatario. Y todo puede pasar: crímenes de viejos caciques, espionaje de supuestos allegados, maniobras tétricas, extorsión sexual... E incluso, que reaparezca en la escena política un fallido candidato presidencial al que todos creyeron asesinado años atrás.
Después de encontrar a Lucile, su madre, muerta en misteriosas circunstancias, Delphine de Vigan se convierte en una sagaz detective dispuesta a reconstruir la vida de la desaparecida. Los cientos de fotografías tomadas durante años, la crónica de George, abuelo de Delphine, registrada en cintas de casete, las vacaciones de la familia filmadas en súper ocho, o las conversaciones mantenidas por la escritora con sus hermanos, son los materiales de los que se nutre la memoria de los Poirier.
Nos hallamos ante una espléndida, sobrecogedora crónica familiar en el París de los años cincuenta, sesenta y setenta, pero también ante una reflexión en el tiempo presente sobre la «verdad» de la escritura. Y muy pronto descubrimos, detectives-lectores también nosotros, que son muchas las versiones de una misma historia, y que narrar implica elegir una de esas versiones y una manera de contarla, y que esta elección a veces es dolorosa.
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