Noviembre, el mes de la esperanza y la fe - Pronto llegará lo que pediste.
Recordamos a todos los que amamos y ya partieron a la Casa del Padre, especialmente en la Solemnidad de Todos los Santos y en la Conmemoración de los Fieles Difuntos.
Es un mes para mirar al cielo con esperanza, sabiendo que la vida no termina en esta tierra, sino que continúa en la eternidad.
También es el mes donde la Iglesia nos invita a orar por las almas del purgatorio, esas que aún están siendo purificadas por el amor de Dios antes de entrar en la plenitud del cielo.
Cada oración, cada misa, cada acto de fe que ofrezcas por ellas, se convierte en una luz que abre el camino hacia la gloria.
Esta oración no es solo una repetición de palabras…es una batalla espiritual, un acto de amor y confianza en Dios, una armadura de luz que nos reviste con la fuerza del Arcángel Miguel y de las huestes celestiales que vencen las tinieblas.
La Corona de los 70 San Migueles sirve para romper cadenas,
liberar el alma de influencias negativas,
proteger el hogar y la familia, y sellar nuestra vida con la Sangre de Cristo, bajo la custodia de quien dijo: “¿Quién como Dios?”
Permanece conmigo, y juntos descubriremos el poder de esta oración que ilumina el alma y fortalece el espíritu frente a toda oscuridad.
Queridos oyentes, bienvenidos a este nuevo episodio de nuestro podcast Amado Dios. Hoy quiero invitarte a detenerte un momento, a respirar, a mirar hacia el cielo… y simplemente agradecer.
Porque hay fechas que no son casualidad, momentos que merecen ser vividos con el alma abierta. Y uno de esos momentos es tu cumpleaños.
Hoy hablaremos de cómo agradecer a Dios en tu cumpleaños no solo como una tradición o una costumbre, sino como un acto de fe, una oportunidad para renovar el corazón y comenzar de nuevo con Dios.
A veces pensamos que cumplir años es solo una cifra más… Pero no: cada año es una obra maestra que Dios pinta en tu vida.
Un cumpleaños no es el paso del tiempo… es el testimonio de que Dios sigue apostando por ti, de que su plan sigue en marcha.
Queridos oyentes, bienvenidos a este encuentro de fe y reflexión.
Hoy quiero invitarte a mirar más allá de lo visible, a detenerte un momento y preguntarte:
¿Qué esconden tus ojos?
Los ojos… esas ventanas del alma, por donde entra la luz, pero también por donde, a veces, se cuela la oscuridad.
Con los ojos descubrimos, admiramos, amamos…pero también juzgamos, evitamos o herimos.
A veces, encontramos miradas infinitas…miradas tan profundas que parece que Dios mismo nos mira a través de ellas.
Son miradas que abrazan, que sanan, que iluminan.Pero también hay miradas que hieren, miradas que esconden envidia, resentimiento o miedo.
Y cuando uno se cruza con ellas, el alma se estremece, porque percibe el peso de la oscuridad que habita en un corazón herido.
Vales demasiado...
“Imagínate buscar validación en un mundo que crucificó a un hombre perfecto”
El ego es esa voz interior que constantemente busca ser reconocida, admirada y exaltada.
Es la parte de nosotros que quiere tener razón, que teme perder, que busca el control y que se alimenta de la aprobación de los demás.
Quizás te duele no ser reconocido, no ser escuchado, no ser valorado Y ahí, en medio de esa herida, Dios te está llamando a soltar, a confiar, a descansar en Él. Porque cuando el ego muere, el alma florece.
Cuando queremos que todo gire en torno a nosotros, dejamos de ver a los demás, dejamos de ver a Dios.
Pero cuando dejamos que el Espíritu Santo gobierne, comprendemos que nuestra vida no se trata de ser más, sino de servir más.
No se trata de brillar por nosotros mismos, sino de reflejar la luz de Cristo.
Porque solo cuando el ego calla, el alma escucha la voz de Dios. Así que hoy, haz un pequeño examen interior.
"La ropa con la que mejor me veo es la del Alma"
Amado Dios, te damos gracias por este nuevo mes que nos concedes.
Gracias por permitirnos despertar con vida, con esperanza y con fe.
Te consagramos este mes de octubre, con todo lo que traerá: alegrías, desafíos, encuentros y silencios.
San Pío de Pietrelcina: milagros y devoción.
Queridos hermanos y hermanas en la fe, sean bienvenidos a este espacio de reflexión y encuentro con Dios.
Hoy quiero invitarte a recorrer juntos la vida de un santo muy especial, uno de los más queridos y cercanos de los tiempos modernos: San Pío de Pietrelcina, conocido con cariño como el Padre Pío.
Oración Milagrosa a la virgen de los dolores!
Bienvenidos a nuestro podcast Amado Dios, hoy vamos a rezar la coronilla de los imposibles a poderosisímo San José. Con esta coronilla le pedimos a San José las cosas que para nosotros son imposibles pero no para él; pedimos con fe y sencillez, pedimos que ponga su corazón en nuestro corazón, para que amemos a Jesús con toda la entrega, con todo el amor y con todo el desinterés.
Hoy nos presentamos ante Ti con un corazón humilde, lleno de amor, gratitud y también de lágrimas. Estamos junto a nuestro ser querido, que todavía desea permanecer entre nosotros, pero cuya salud se ha debilitado y cuyas fuerzas parecen desvanecerse. Tú, Señor, conoces mejor que nadie su historia, sus alegrías, sus luchas, sus silencios y sus sueños. Tú lo formaste en el vientre de su madre, Tú lo sostuviste en cada etapa de su vida, y Tú lo acompañas ahora, en este momento tan delicado.
Imaginen la Plaza de San Pedro en Roma, un día luminoso, con miles de peregrinos de todas partes del mundo, pero con un detalle que lo hace aún más especial: en medio de la multitud, predominan los jóvenes, esos rostros que buscan sentido, que buscan esperanza, que quieren creer que la santidad es posible también en medio de videojuegos, celulares, redes sociales y aulas de universidad. Y allí, en ese ambiente, el Papa pronuncia las palabras solemnes que elevan a los altares a un adolescente que, con solo quince años, supo descubrir el tesoro escondido: vivir con Jesús, vivir para Jesús y vivir como Jesús.
Cuando pensamos en un nuevo mes, pensamos también en un nuevo comienzo. Cada amanecer es una invitación de Dios a confiar, a no quedarnos atrapados en el pasado, sino a mirar con esperanza lo que viene. El mes de septiembre es un recordatorio de que nuestra vida es un camino que se renueva constantemente, y que el Señor nunca nos abandona.
La Sagrada Escritura nos recuerda que Cristo, que vino al mundo humilde y sencillo, que murió y resucitó para darnos vida, volverá un día glorioso, en toda su majestad. No sabemos el día ni la hora, pero sabemos con certeza que llegará ese momento en el que el Señor se manifestará a toda la creación. No será un regreso oculto, sino lleno de luz, de canto, de victoria.
El Hijo Pródigo, un padre nunca se cansa de esperar !
Oh Señor justo y misericordioso, en Tu infinita bondad vengo ante Tu presencia con humildad y fe.
Reconozco que muchas veces mis esfuerzos se han topado con muros invisibles, puertas que se cierran de repente, caminos que parecen imposibles.....
Señor Jesús, en esta noche tranquila me presento ante Ti con humildad y confianza. Hoy termina un día más en mi vida, un día que fue regalo tuyo desde el amanecer hasta este momento en que cierro mis ojos. Me detengo, Señor, y pienso en todo lo que viví: las alegrías, los retos, las pequeñas victorias y también los momentos difíciles. En todo estabas Tú, a veces de manera visible, otras veces en silencio, pero siempre acompañándome, siempre sosteniéndome, siempre amándome.
La solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María fue fijada en el 15 de agosto.
Hoy meditamos en un salmo que es un refugio para el corazón en medio de cualquier tormenta: el Salmo 46.
Comienza con una declaración poderosa: “Dios es nuestro refugio y fortaleza, auxilio siempre a mano en la adversidad”.
No dice que Dios a veces es refugio, ni que está de vez en cuando presente… sino que siempre está ahí.
Oración por el descanso de Miguel Uribe