En este capítulo me pongo a pensar en cómo, en algún momento, el K-pop empezó a sentirse desechable. Hablo de ese cambio que viví al pasar de seguir grupos ultra famosos a otros más "de nicho", y cómo todo esto me hizo ver la forma en que la lógica del fast fashion también se coló en esta industria. Un ratito para cuestionar, recordar y quizá desahogarse un poco.
En este capítulo hablo de esas historias donde el corazón se acelera, pero uno igual cacha que no vale la pena perder la calma por alguien. A veces toca elegirse a uno mismo, aunque duela un poco (o mucho, demasiado aveces). También divago, porque así soy. Ponte cómode y acompáñame un ratito.
Y recuerden, el amor no tiene que doler !!! <3