Nehemías continuó diciendo: «Vayan y festejen con un banquete de deliciosos alimentos y bebidas dulces, y regalen porciones de comida a los que no tienen nada preparado. Este es un día sagrado delante de nuestro Señor. ¡No se desalienten ni entristezcan, porque el gozo del SEÑOR es su fuerza!». Neh 8:10 NTV
Me alegro en tu palabra como alguien que descubre un gran tesoro.
Odio y detesto toda falsedad, pero amo tus enseñanzas.
Te alabaré siete veces al día porque todas tus ordenanzas son justas.
Los que aman tus enseñanzas tienen mucha paz y no tropiezan.
Salmo 119:162-165
Los perversos están lejos de ser rescatados, porque no se interesan en tus decretos.
Señor, qué grande es tu misericordia; que el seguir tus ordenanzas me reanime.
Salmo 119:115-156
Oh Señor, tú eres recto, y tus ordenanzas son justas.
Tus leyes son perfectas y absolutamente confiables.
Salmo 119:137-138
Lectura Salmo 119:137-144
¡Señor, sostenme como prometiste para que viva!
No permitas que se aplaste mi esperanza.
Sostenme y seré rescatado;
entonces meditaré continuamente en tus decretos.
Salmo 119:116-117
Tu palabra es una lámpara que guía mis pies y una luz para mi camino.
Salmo 119:105
Lectura Salmo 119:105-112
¡Oh, cuánto amo tus enseñanzas! Pienso en ellas todo el día.
Tus mandatos me hacen más sabio que mis enemigos, pues me guían constantemente,
Salmo 119:97-98
Lectura Salmo 119:97-104
Tu eterna palabra, oh Señor, se mantiene firme en el cielo.
Tu fidelidad se extiende a cada generación, y perdura igual que la tierra que creaste.
Salmo 119:89-90
Lectura Salmo 119:89-96
Estoy agotado de tanto esperar a que me rescates pero he puesto mi esperanza en tu palabra.
¿Mis ojos se esfuerzan por ver cumplidas tus promesas, ¿cuándo me consolarás?
Estoy arrugado como un odre ahumado, pero no me olvidé de obedecer tus decretos.
¿Hasta cuándo tendré que esperar? ¿Cuándo castigarás a los que me persiguen?
Estos arrogantes que odian tus enseñanzas cavaron hoyos profundos para atraparme.
Todos tus mandatos son confiables. Protégeme de aquellos que me persiguen sin causa.
Casi acaban conmigo, pero me negué a abandonar tus mandamientos.
En tu amor inagotable, perdona mi vida; entonces podré continuar obedeciendo tus leyes.
Salmo 119:81-88
Salmo 119: 77 Rodéame con tus tiernas misericordias para que viva, porque tus enseñanzas son mi deleite.
Lectura Salmo 119: 73-80
Sal 119:65 SEÑOR, has hecho muchas cosas buenas a mi favor tal como lo prometiste.
66 Creo en tus mandatos; ahora enséñame el buen juicio y dame conocimiento.
67 Yo solía desviarme, hasta que me disciplinaste; pero ahora sigo de cerca tu palabra.
68 Tú eres bueno y haces únicamente el bien; enséñame tus decretos.
69 Los arrogantes me difaman con mentiras, pero la verdad es que obedezco tus mandamientos con todo el corazón.
70 El corazón de ellos es torpe y necio, yo, en cambio, me deleito en tus enseñanzas.
71 El sufrimiento me hizo bien, porque me enseñó a prestar atención a tus decretos.
72 Tus enseñanzas son más valiosas para mí que millones en oro y plata.
Sal 119:57 Mi porción es Jehová; He dicho que guardaré tus palabras.
Lectura Salmo 119:57-64