El gobierno viene haciendo ajustes de política monetaria desde hace 35 días, una señal inequívoca de que no consigue un equilibrio. La prioridad es controlar el dólar, pese a que la inflación tuvo un buen registro en julio. El tema es que la tasa pasó de 29 a 75% y eso tarde o temprano tendrá efectos en la actividad y la cadena de pagos. La apuesta es que no esto no afecte las elecciones, pero hay algún riesgo ahí. Mientras tanto la inflación núcleo tiró el registro más bajo desde noviembre 2017. Un logro importante. Esta semana va a ser muy importante en la política, la economía y las finanzas.
Bajó el dólares y pasó esa sensación de pánico. El traspaso a la inflación parece haber sido bajo con con los datos de julio y primera semana de agosto. Las tasas siguen altas. Ya le van a encontrar la vuelta, pero hay impacto en actividad. No es grave, pero no es lindo. En la política las cosas se pusieron pesadas. El gobierno perdió feo en el Congreso. Milei contratacó con una cadena nacional en donde explicó su cruzada. Pero la política y las elecciones son temas más complejos y las motivaciones tienen poco que ver con lo que supuestamente se vota.
Subió el dólar y generó un poco de susto en el mercado y gobierno. No lo vemos como una corrida ni nada terriblemente grave. Con la suba de encajes y un proceso de aprendizaje lo más probable es que se estabilice. Y además, con este valor del dólar la economía luce menos vulnerable a shocks. El pase a precios fue nada en julio y tendrá alguna relevancia en agosto, pero no cambiará la sensación de que la inflación está bastante controlada. Las tasas altas y sobre todo la volatilidad dejarán alguna huella en la economía que no está en recesión, pero que sí se encuentra en una meseta. El FMI dio el OK y se vienen más dólares.
Luego del pánico las tasas aflojaron luego de que gobierno y mercado aprendieron a navegar el nuevo esquema. La baja de retenciones vuelve la situación al 30 de junio, pero ahora el gobierno parece haber comprado cierta mística. Se vienen los vetos y con eso todas las discusiones políticas, en general poco serias y llenas de slogans. El peronismo sigue sin entender al campo y Milei con poco se lleva el apoyo de buena parte del interior.
La implementación de la nueva política monetaria no salió bien. Generó volatilidad y terminó con una tasa más alta. El gobierno no la vio. Pero es un tema que se deberá ir normalizando. Mientras tanto se empezaron a comprar reservas, hubo otro mes de superávit fiscal y la inflación vino mejor de lo esperado. La amenaza es mucho más la política. El voto en el Senado, el armado de listas generan más miedo que un mal paso con la tasa de interés.
La Jueza Preska nos amargó la semana. Nunca es buen momento para recibir una noticia así. Marchamos a un arreglo que si bien no cambiará la macroeconomía suma una mancha más a un tigre lleno de manchas. Subió el dólar y es parte de la gimnasia de flotar. Por ahora no vemos un mensaje para la inflación. Nuevos datos de la economía real muestran un cuadro masomenista que tiene como efecto positivo que alumbra menos importaciones. Los gobernadores se rebelan y más allá de lo que pase o no pase ahora es una mala señal de cara a una reforma tributaria. Los discursos de algunos sumados a las aduanas interiores de otros no son muy pro inversión que digamos.
El déficit de cuenta corriente del primer trimestre puso el tema en la opinión pública. Hay que prestarle atención, pero no es un tema grave. Parece haber financiamiento genuino y si no el tipo de cambio ajustará. El sector público ya no es parte del problema y el dinero de corto plazo que financiaba el déficit externo en la época de Macri hoy no es tan relevante. Algunos critican la fortaleza del peso, pero no hay una forma fácil de corregir esto, a menos que quieran un fuerte ajuste del gasto privado.
La suba de la desocupación parece más alta de lo que fue, pero va a contramano de una recuperación en V como la que se vio. Una recuperación sin mucho empleo puede poner presión política sobre el programa de reformas del gobierno. El superávit fiscal sin muchos problemas, el superavit comercial algo más chico, pero con muchas importaciones de bienes de capital. Y la política se volvió a mover entre el balcón y la tobillera.
Los buenos datos de inflación son un logro como se los mire. Con la actividad un poco más fría el gobierno tiene que pensar como maneja el equilibrio entre seguir transformando la economía sin perder popularidad. No puede bajar las banderas de la solvencia fiscal, economía abierta y desregulación, pero no puede perder el apoyo de una sociedad que no termina de pasarla bien. Mientras tanto, empieza a sumar reservas y eso es clave en un mundo que se pone cada vez más difícil.
Los datos de actividad están empezando a mostrar una realidad más compleja. La inflación viene muy bien, pero la economía está más fría de lo que se esperaba. Nada muy grave, pero la sociedad empieza a tener una prioridad algo distinta que la del gobierno. Las autoridades quizás tengan que alterar su mix de política. Mientras tanto la potencial condena a CFK sacude a la política. Quizás no le convenga electoralmente al gobierno, pero sí a las instituciones.
La Argentina colocó un bono en el mercado internacional, pero en pesos. Equivale a haber comprado reservas en el mercado, sin distorsionar los precios. Una movida inteligente. La cuenta corriente sigue chorreando números rojos, pero abril no es representativo. La inflacion cerró mayo bien, la actividad mejora, pero ya no es "V". Se viene la recaudación y nos vamos poniendo de a poco en modo electoral.
Se lanzó “tus dólares tu decisión”. No fluirán tantos dólares, pero el relajamiento de controles, algunos ridiculos, será beneficioso. El gobierno deberá demostrar que aún podrá monitorear operaciones sospechosas. La inflación de mayo viene muy bien, la actividad de marzo fue más floja que lo que se pensaba. El crecimiento vuelve, pero más suave.
El gobierno coronó una buena semana en la economía con la victoria de Adorni en CABA. La inflación para abajo en abril y más todavía en mayo. Pero falta un montón. La inflación nucleo se resiste a bajar. Buenos datos fiscales y el dólar tranquilo. Ahora lo importante es que frente a esta victoria el gobierno encare el resto del año electoral con los pies sobre la tierra.
El dólar bajó de la mano de una fuerte baja en los futuros que luego revirtió parcialmente. Sigue el push para que el gobierno compre reservas. Tiene sentido porque es el costado más debil. El gobierno dice: primero aseguramos la inflación y busca que el verde siga bajando con un guiño al mercado financiero. Corolario: paciencia. Puede darse, pero no inmediatamente. Los datos de marzo fueron algo más flojos de lo previsto, pero abril se confirma con más onda.
La inflación de abril arrojará un número mejor que el de marzo y mayo no parece venir complicado. La actividad había aflojado en marzo, pero en abril los primeros datos dan cuenta de una mejora. La discusión técnica entre economistas versa sobre si hay que comprar dólares dentro de la banda o no. Quizas en el muy corto plazo haya que tenerle paciencia al gobierno en su objetivo de bajar la inflación. Pero luego de unas semanas quizás la presión sea más alta.
El dólar parece haberse estabilizado en la mitad inferior de la banda cambiaria. Pero tiene su volatilidad y los agentes económicos tendrán que acostumbrarse luego de más de 5 años de cepo. El Central paga dividendos y ahora tendrá una herramienta más para manejar política monetaria. Todo parece indicar que buscarán una tasa baja, aunque eso desincentive el ingreso de dólares y financieros y no se llegue al piso de la banda. La prioridad parece ser la inflación por sobre la acumulación de reservas. Los números de febrero fueron muy buenos.
La apertura del cepo salió bien. El dólar oficial subió poco. La brecha se cerró y el gobierno consiguió su objetivo. La inflación no se disparará. Pero las autoridades no corrieron riesgos y usaron toda la retórica posible para frenar nuevas listas de precios. No hay segunda oportunidad para la primera impresión. El presi salió con los tapones de punta contra colegas buscando ganar una batalla afuera del círculo rojo. La moderación no está de moda. Lo fiscal sigue en órden. La inflación más alta ayudó a que el gasto vuelva a bajar.
El gobierno se sacó de emcima a ese faraón llamado cepo. Una movida audaz que va en la dirección correcta. El modelo anterior se había quedado sin nafta y ahora con dinero del FMI y otros de respaldo, los riesgos de salir son más acotados. Habrá costos como una inflación temporariamete más alta y quizas algo menos de crecimiento. Pero podrá abrir el terreno a más inversiones y el tipo de cambio seguramente quedará en un lugar mejor que antes. No lo vemos estructuralmente cerca de ninguno de los límites de la banda. Se cumplieron 2 de los 3 hitos de este año. Faltan las elecciones.
El acuerdo con el Fondo entró en trabajo de parto. Faltan los últimos pujos al parecer. Son 20.000 totales, unos 6 mil nuevos pero el desembolso inicial podría ser mucho más grande. Falta saber si el gobierno consigue seguir con su plan A que parece ser levantar el cepo post elecciones. El timing no se manejó bien y el Banco Central perdió muchas reservas. Pero los fundamentos de la economía siguen siendo buenos. La economía crece, el superávit fiscal está y el déficit externo no está fuera de control. Recuperar la confianza va a hacer toda la diferencia en este contexto.