Soñemos con dejar el Purgatorio vacío por todo esos sufragios que ofreceremos en este mes.
No es cuestión de números (1 vs 99), o de cálculos (1%), o de manías… Es cuestión de amor. Para Dios, que se le pierda una oveja es perder a su única oveja, a la que quiere con todo su corazón.
Hemos sido creados. Dios ha soñado con nosotros. ¿Cuáles son sus sueños?
Jesús empeña todo su corazón en amarnos, tomándose el riesgo de nuestra respuesta. Los santos lo han imitado. ¿Y nosotros?
Meditación predicada para Hablar con Jesús en 2018.
Lo que necesitamos todos son santos. Lo necesita toda aquella persona que nos rodea. Lo necesita el mundo. Dios nos lo pide. Y no lo somos…
No solo es importante saber adónde quiero llegar sino por dónde…
Que los disfraces nos recuerden que vale la pena revestirnos de Cristo; no como quien se pone una máscara y ya, sino como quien se parece a Él, se hace como Él. Pidámosle a nuestra Madre que nos ayude a confeccionar ese traje para nuestra alma, quitando lo que estorba y añadiendo lo que haga falta.
Meditación predicada para Hablar con Jesús en 2020.
No sabemos si son muchos o pocos los que se salvan. Lo que buscamos es salvarnos cada uno. Jesús nos espera en su banquete. Apuremos el paso para llegar antes que se cierre la puerta.
Simón “el celoso” y Judas “el magnánimo “ son dos apóstoles que, pasando un poco desapercibidos, son ejemplo de fermento cristiano realizado con naturalidad y coherencia.
Meditación predicada para Hablar con Jesús en 2019.
No nos dejemos cegar por una idea demasiado elevada de nosotros mismos. Eso nos impide ver las luces de quienes nos rodean. Pidamos al Señor ser el que mejor les trata, el que más les quiere, el que salva todas las intenciones.
Meditación predicada para Hablar con Jesús en 2024.
No tenemos derecho a ser ingenuos acerca del “tiempo” para nuestra alma, acerca de lo que me aleja o me acerca a Dios. Es cierto, tenemos defectos, debilidades, somos pecadores. Pero no podemos ser indiferentes. Tenemos que aprender.
Meditación predicada para Hablar con Jesús en 2020.
San Juan Pablo II hizo todo lo posible porque en el mundo nadie pudiera decir no conocer a Jesús.
Jesús nos anima a estar vigilantes. No es una vigilancia que pesa, porque es esperar al Amigo.
Orar siempre y sin desfallecer. El combate de la oración requiere que seamos corajudos
San Lucas hace la labor de un auténtico cristiano: es competente en lo profesional y en lo espiritual.
¿Qué señal de amor más grande y más conmovedora que el Sagrado Corazón de Jesús podemos pedir? Hoy nos fijamos en sus pies descalzos y su corazón traspasado y le pedimos que nos ayude a identificar nuestro corazón con el suyo.
Meditación predicada para Hablar con Jesús en 2023.
Que el trato con Jesús nos mueva a cambiar lo que haya que cambiar, apoyándonos en las cualidades que Dios nos ha dado y en su gracia. Lo conseguiremos, como Santa Teresa, a través de la oración que no es más que “tratar de amistad con quien sabemos nos ama”.
Meditación predicada para Hablar con Jesús en 2020.
Cada vez más ponemos atención a nuestro cuidado externo. No estaría mal dedicar el mismo (o mayor) cuidado a nuestro interior.
Pedimos, incluso exigimos, señales. Pero puede que si Dios nos las diera tampoco las reconoceríamos. “Aquí hay algo más que” cualquier señal. Tienes el mundo creado, la gente que te rodea, las Sagradas Escrituras, el Sagrario. No pidas más señales, que con esas tenemos de sobra.
La perspectiva de la historia que tenemos los hombres no es la misma que tiene Dios; mucho menos la que tiene la IA.