¿Podría una civilización antigua haber dominado la electricidad? ¿Y si la batería no era una herramienta técnica, sino un artefacto ritual? ¿Una chispa divina encerrada en barro?
India, 1980. Tras ocho años de planificación, construcción y promesas, la planta industrial de Bhopal dedicada a la producción de pesticidas abría sus puertas. Se presentaba como un símbolo de modernización agrícola: una instalación capaz de abastecer localmente los insumos necesarios para combatir las plagas que amenazaban los cultivos del corazón de la India. Para muchos, significaba empleo, progreso, yuna esperanza tangible en medio de la precariedad.
De entre todas las voces que claman por redención, una logra embelesar los oídos del Partido Obrero Alemán. Su voz se convierte en la voz de un pueblo herido. Ypoco a poco, lo unifica para darle sentido a su lucha que cambiaría por completo la historia del siglo XX.
Corría el año de 1901 cuando el capitán Dimitrios Kontos, al mando de un equipo de buzos especializados en la recolección de esponjas, dio con los restos de un navíohundido frente a la isla de Antikythera. A unos 45 metros de profundidad desenterraron bloques de mármol, estatuas corroídas, cofres de bronce y joyas bellamente labradas. Pese a su valor artístico y monetario, aún no sospechaban que entre esas reliquias dormía un artefacto incomparable.
13 de noviembre de 1985. El aire que se respira en Armero trae consigo algo más.
La brisa y la ceniza se mezclan en el ambiente
Un líder que nació entre las duras tierras de Mongolia y que, con visión y ferocidad, unió a las tribus nómadas para forjar un imperio que cambiaría la historia. Su nombre era Gengis Khan
Más de un siglo después de su hallazgo, el Manuscrito Voynich sigue siendo indescifrable. Ni criptógrafos, ni lingüistas, ni expertos en inteligencia artificial han logrado traducir su escritura. Sus ilustraciones continúan desconcertando, y las teorías que intentan explicarlo no han logrado resolverlo completamente.