¡Fue necesario entregar al Hijo para salvar al esclavo!
¡Alégrate! Que hoy Jesús nos dice ¡Yo tengo la última palabra!.
Lo peor ha pasado ya y, a pesar de la enorme tristeza que nos invade, nos descubrimos aún más fuertes en la esperanza de que Cristo volverá lleno de gloria.
María, Madre del silencio y del dolor, queremos que aceptes solamente que podamos estar contigo en silencio y esperar contigo el glorioso retorno de tu amado hijo Jesús, Nuestro Salvador.
En medio del luto por la muerte de Nuestro Señor nos cuestionamos el propósito de nuestra vida.
¿Qué espera Dios de mí?
¿Todo lo he cumplido?
Acompañemos a Jesús en estos sus últimos momentos de libertad. Lleno de miedo, nos extiende su mano para que lo tomemos fuerte, quiere Él sentirse abrazado por ti.
¿Lo dejarás esperando?
¡Hola emproistas! Los saludamos con mucho cariño dándoles la bienvenida a este pequeño espacio para compartir la fe.
Un grupo de amigos inexperto pero con mucha inquietud de compartir su sentir hacia la Palabra de Dios, que es para nosotros luz en estos tiempos tan difíciles.
¡Acompáñanos en este nuevo viaje!