Chile la había buscado por años, pero la historia se la había negado, una y otra vez.
A punto de cumplir cien años de vida, la Copa América, paseó su robusta figura por toda Sudamérica, pero solo se quedó en siete países. Un privilegio que nuestro país aún no gozaba, un trofeo que el pueblo chileno exigía. Una copa que siempre le dio la espalda a la selección chilena. Los nervios, el cansancio y el peso de una promesa acompañarían a la roja en su última estación, la más importante de todas. Había que ganar para gritar, por fin, CAMPEONES, NO FINALISTAS
La historia cuenta que Chile jamás se había consagrado campeón de la Copa América, pese a ser un participante de este certamen desde sus inicios en 1916. En cuatro ocasiones había sido subcampeón. Para 2015, el objetivo estaba claro, había que conseguir lo que ningún otro grupo había alcanzado: el título.
Chile fue anfitrión de esa copa el año siguiente de haber quedado a la vera del camino ante Brasil en el Mundial 2014. Contaba con una generación superlativa de futbolistas y un cuerpo técnico que sabía exprimir sus bondades. Ese 2015, el tradicional torneo continental volvió a nuestro país por séptima vez. La expectativa era altísima.
En seis episodios se entremezclan voces de distintos protagonistas de esa historia que se grabó en la memoria de millones de chilenos. Este es un viaje al corazón de un periodo de excelencia futbolística y de un plantel que supo darle al pueblo lo que soñó por casi una centuria. Este grupo gritó, por fin, Campeones, no finalistas.
La Copa América 2015 entraba en tierra derecha. Luego de 17 días de competencia, las parejas de semifinalistas estaban armadas. Chile se enfrentaría al Perú de Ricardo Gareca. Si la Roja conseguía quedarse con el Clásico del Pacífico, estaría a un paso de gritar CAMPEONES, NO FINALISTAS.
Tras ganar su grupo, la selección chilena se enfrentó a Uruguay por los cuartos de final. Un partido históricamente difícil para la Roja. En esa oportunidad la historia cambiaría y de eso tenía que ocuparse Chile, si quería ser campeón.
Tras igualar ante México, ocurrió el único hecho capaz de sacar de concentración a la selección. Luego de disputar dos partidos, un equipo invicto, que soñaba con ganar su grupo y levantar la primera Copa América, fue sacudido por un episodio extrafutbolístico. Una situación que pudo tener consecuencias mayores, que dividió al país, involucró a distintos estamentos, afectó a una de las grandes figuras del plantel —Arturo Vidal— y golpeó profundamente el corazón de Chile. Los protagonistas, la decisión final y las secuelas de un episodio que no dejó a nadie indiferente.
En el Capítulo 2, la Copa América comienza con un sorteo que revela detalles inéditos. ¿Cómo se preparó la selección? ¿Dónde lo hizo y por qué eligió ese lugar? El debut frente a Ecuador y los secretos de un equipo que, por fin, volvió a deleitar a su hinchada en suelo chileno.
Hasta el 2015, la selección chilena había vivido de todo: alegrías, penas, triunfos inolvidables y derrotas dolorosas. Pero había una cuenta pendiente que dolía más que todas: la Copa América.
La eliminación en el Mundial de Brasil 2014 no fue el final, sino el impulso definitivo. Fue el punto de quiebre que encendió el fuego de una generación decidida a cambiar la historia. Así comenzó el camino hacia un grito que por fin se haría realidad: ¡CAMPEONES, NO FINALISTAS!