
La ubicación del trabajo era en una zona alejada y complicada, así que Pepito encontró una forma de aliviarse esa dificultad apoyándose en Jaimito para que lo movilice hacia y del trabajo todos los días, así fue por muchos años hasta que un día, Jaimito le comunicó su renuncia y con ello que no podría trasladarlo más a la oficina.
Pepito entró en pánico ¿Cómo haría ahora para ir a trabajar? Su primera decisión fue tomarse una semana de vacaciones para convencer a alguien de que lo lleve y traiga del trabajo, intentó con uno, con otro, con muchos más de sus compañeros, pero lamentablemente todos los que tenían auto vivían lejos de su barrio y hacerle el favor de pasar por él los haría llegar tarde a todos.
Transcurrió la semana de vacaciones y Pepito no había conseguido quien lo movilice desde y hacia la oficina; frustrado, desesperado y sintiendo que la renuncia era su única salida, intentó como último recurso, pedirle a un primo suyo que vivía cerca al barrio, si podía hacerle el favor de dejarlo en el camino. Su sorpresa fue muy grande cuando su primo, golpeando su hombro le dijo:
—¿Y por qué no aprendes a ir solo? Yo te puedo enseñar.
Parece bastante obvio que si Pepito no tenía quién lo lleve al trabajo, debía aprender a viajar en transporte público como sus compañeros que no tenían auto, pero aunque parezca extraño, hay momentos en la vida en que arreglárnoslas solos no es la primera opción, tendemos a buscar apoyo y dependencia en los demás con tal de que la vida se nos haga más fácil, esto no está mal, pero se convierte en un problema cuando de tanto recibir apoyo de otras personas, olvidamos que somos seres autónomos y capaces de movernos y desarrollarnos solos en el mundo.
Hay situaciones en la vida que generan miedo, incertidumbre o ansiedad porque son desconocidas, difíciles o lejanas a nuestro alcance, en ocasiones necesitamos apoyo de los demás para enfrentarlas, pero es importante tener en cuenta que ni el miedo, ni la incertidumbre, ni la ansiedad nos pueden hacer huir de ese aprendizaje que necesitamos, es probable que en determinadas cosas tengamos la necesidad de depender de los demás, pero no podemos depender ni de todos ni en todo momento, porque el mundo no gira en torno a nosotros, entonces esos apegos a depender de alguien o de algo pueden terminar en cualquier momento, dejándonos abandonados y desvalidos como Pepito.