
Juliana vive en Comodoro hace unos 15 años. Llegó con su esposo, que es formoseño, cuando él vino al sur por trabajo. Se instalaron en el Barrio Sismográfica y de allí no se movieron más. Siempre motivada por el afán de ayudar, comenzó a repartir viandas a sus vecinos durante el temporal de lluvias que afectó a Comodoro en 2017 y durante en el 2020 -cuando la pandemia golpeó económicamente a todos-, abrió un merendero donde sirve 120 platos, con donaciones y colaboración de la comunidad. "Acá la gente es comprensiva, solidaria, eso me gusta", expresa y asegura que "le debo todo a Comodoro y le agradezco a mi merendero por el don que me da para ayudar a la gente, que lo hago de corazón"