No hay vuelta atrás. Llega el día de irme. Maleta, pasaporte y yo. Un inicio lleno de emociones y anécdotas. Mi primera toma de contacto. Camboya, qué bonito nombre tienes.
Cruzando fronteras, persiguiendo la felicidad. Aquí se escucha el inicio de un pequeño gran sueño. Quiero hacer algo grande, crecer, conocer mundo, salir de mi zona de confort y sobretodo ver que mi felicidad solo depende de mí y que a la vez puede ser compartida. Quiero llenar mi mochila viajera y no de ropa precisamente sino de amor y valentía. ¿Me atrevo? ¿Y por qué no?