
Los animales y las plantas han sido usadas extensamente en las escrituras como ejemplos y figuras en parábolas, visiones y distintas enseñanzas.
En particular las plantas lo son por lo preciso de sus ciclos de vida. Y este es el caso de la vid, el olivo y la higuera. Tres cultivos muy conocidos, abundantes y apreciados entre los hebreos de aquellos tiempos. Si las enseñanzas fueran dichas en otro lugar y otro tiempo seguramente se usarían otras plantas, en el continente americano maíz y otros cereales, en centro américa frutos tropicales y así de lugar en lugar y de tiempo en tiempo.
Por eso, es preciso comprender la relación entre los hebreos y plantas como la higuera para comprender la advertencia de Jesús al decir: “Aprended de la higuera”
¿Aprended qué cosa tan importante? Nada más y nada menos que a reconocer los tiempos en que vendrá el Señor nuevamente.