
La política española se ha instalado en el irrealismo. Fíjense qué titulares nos deja la semana. Un juicio a la Fiscal General, ante el Tribunal Supremo, nada menos, donde no se ha conseguido mostrar evidencia alguna de que fuera él quien filtró el famoso correo donde se reconocían los delitos fiscales del novio de la presidenta Ayuso. Esta, a su vez, queriendo tomar distancia de Vox y rechazar el racismo y la xenofobia, preguntándose en voz alta quién va a limpiar nuestras casas si no la hacen las que han llegado de fuera. Por su parte, Junts, tras declarar solemnemente su ruptura con el Gobierno, votando en contra de una enmienda del Partido Popular a la Ley de Movilidad Sostenible, nada menos que sobre la prórroga de las nucleares que hubiera puesto al Gobierno en algún que otro apuro.