Las familias deben ser la contención en tiempos difíciles.
Él no nos abandona.
Los enemigos quieren hacernos creer que la obra es insignificante o de poco valor
A veces hay daños que necesitamos arreglar.
El amor a las riquezas es la raíz de todos los males.
El problema no es tener dinero, bienes o posesiones materiales, el problema esta en la actitud del corazón.
Nuestras acciones, palabras y pensamientos deben ser agradables delante de Dios.
La humildad de alguien se ve reflejada en su dependencia de Dios, en el oír y aceptar la voluntad de Dios para su vida.
La bendición de Dios viene por oír su palabra y ponerla por obra.
En lo que verdaderamente debemos enfocar nuestras fuerzas es en agradar a Dios y tenerlo en cuenta en todos nuestros proyectos.
Debemos aprender a descansar en la justicia de Dios.
No debemos hablar en contra los uno de los otros porque somos hermanos.
No debemos menospreciar la gracia o verla como algo ligero.
Separados de él nada podemos hacer.
Comencemos a sembrar paz.
Si alguno de ustedes tiene falta de sabiduría, pídala a Dios y Él la dará con abundancia.
Nuestra manera de responder a las demandas de la vida, debe ser a la manera de nuestro Señor y no a la manera del mundo.
La envidia no agrada a Dios, todo lo contrario, lo ofende y destruye las relaciones interpersonales.
Nuestros hechos son el método más eficaz para demostrar nuestra fe.
Una lengua fuera de control es destructiva, es un mal lleno de veneno.