
La reciente decisión del Banco de México (Banxico) de reducir la tasa de interés a 7.5% confirma la continuidad de su ciclo de flexibilización monetaria, en respuesta a un entorno de menor inflación general y debilidad económica. Sin embargo, el tono del comunicado refleja una postura prudente, al reconocer que las condiciones externas como la volatilidad cambiaria, las tensiones geopolíticas y el cambio climático podrían reactivar presiones inflacionarias.