
Hoy día, los encantos hijos moran dentro de las rocas de las montañas, pero desde allí cuidan el ambiente del páramo y el agua de las lagunas. Hay, incluso, encantos especiales como el Toro Carbunco o la Gran Serpiente, que cuidan a las lagunas castigando a los hombres que osan perturbar su tranquilidad.