
Las ostras cambian de sexo, las vacas matan más humanos que los tiburones, y Edison —el tipo que nos dio la bombilla— le tenía miedo a la oscuridad. En este episodio te contamos datos tan absurdos que cuesta creer que sean reales, pero lo son…En Francia, por ejemplo, no puedes llamar a tu hijo “Nutella” ni “Superman” (aunque sinceramente, gracias por eso). Los pingüinos tienen un filtro en el pico para convertir agua salada en dulce, lo cual es adorable, pero también bastante injusto con el ser humano. En Japón dormirte en reuniones de trabajo no solo está permitido, sino que es una señal de que estás comprometido… o muy quemado. Tú decides.También hablamos de cómo hacer una checklist te da un chute de dopamina más efectivo que muchos likes, que las emociones solo duran 90 segundos (todo lo demás es drama mental gratuito), y que el multitasking no existe, solo eres tú, saltando de tarea en tarea mientras tu cerebro se apaga lentamente. En la Antigua Grecia, un pene grande no era símbolo de admiración sino de poca sofisticación, lo cual explica mucho sobre cómo han cambiado —o no— las prioridades humanas. Y, por si fuera poco, todas las caras que imaginas ya las has visto antes, incluso si fue por un microsegundo en el metro. Ah, y hay gente que no puede imaginar imágenes mentales. Nada. Cero.Un episodio perfecto si te gustan los datos raros, ligeramente incómodos y con una pizca de “¿por qué sé esto ahora?”. Escúchalo bajo tu propio riesgo.