
Muchos de nosotros pasamos años imaginando nuestra jubilación ideal, ya sea viajando por el mundo, pasando más tiempo con la familia y amigos, dedicándonos a pasatiempos como la pintura, la jardinería, la cocina, el golf o la pesca, o simplemente disfrutando la libertad de podernos relajar y tomar las cosas con calma.
Sin embargo, solemos planear mucho los aspectos económicos de la jubilación y a menudo olvidamos el impacto psicológico de dejar de trabajar.