¿Y si entrenar fuerza no fuera sinónimo de agotamiento, autoexigencia y sudor a muerte?
¿Y si existiera una forma de moverse, de hacerse fuerte, que no solo no te aleja de ti… sino que te reconecta contigo?
Hoy te traigo un episodio distinto. Vamos a hablar de fuerza, pero no de esa fuerza que nos han vendido como “más, más y más”… sino de una fuerza más amable, más profunda, más sostenible y para ello me acompaña Ylena López.
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