
Creímos que el monstruo dormía desde el 25 de enero de 2006. Pero la ciudad siguió despertando con noticias que olían a la misma escena: una puerta sin forzar, un lazo apretado en silencio… y una casa que se quedaba sin su dueña. Los números no mienten: decenas de ancianas asesinadas hasta 2007, muchas de la misma forma. Y en 2008, otra sala en la Del Valle se volvió escena del crimen. Años después, Milpa Alta, 72 años, otra vez dentro de su hogar. Cuando en 2024 Juana dijo desde prisión ‘yo ya estaba aquí y seguían matando señoras’, no solo buscaba absolverse: estaba invocando la ciudad que nunca dejó de sangrar.