
La segunda temporada de Trashumante arranca con una historia que encapsula el espíritu del movimiento y la adaptación. En este episodio, conocemos a Natalia, una australiana con raíces uruguayas que nos sumerge en su travesía entre dos culturas, dos formas de vida y un mismo anhelo: encontrar su lugar en el mundo.
A través de su relato, Natalia nos comparte los desafíos de dejar atrás las certezas, adaptarse a nuevas latitudes y la constante búsqueda de identidad cuando el hogar se fragmenta en distintas geografías. Entre reflexiones y anécdotas entrañables, descubrimos lo que significa pertenecer y cómo el movimiento, lejos de ser una pérdida, puede convertirse en una expansión del ser.
Este capítulo es un recordatorio de que nuestras raíces no solo están en un lugar, sino en las experiencias que nos moldean a lo largo del camino.