El pecado es el peor de todos los males porque nos priva del mayor de todos los beneficios: la comunión con Dios.
Cuando Jesús camina con nosotros no debemos tener miedo a las malas noticias. Cuando él está en nuestra barca, la furia del viento y la fuerza del mar no pueden devorarnos.
No debemos temer los hornos de la persecución. Jesús está con nosotros para librarnos del fuego
El desierto es la escuela superior del Espíritu Santo donde Dios entrena a sus líderes más importantes.
No hospede al miedo en su corazón. Busque al Señor y él le librará de todos sus temores.
Usted necesita un refugio seguro, un socorro urgente, una roca fuerte debajo de sus pies. Ese socorro está en el nombre del Señor.
No endurezca su corazón por las adversidades. Adore a Dios, cante alabanzas a su nombre y ríndale acciones de gracias. Eso cambia- rá su vida. Eso producirá un impacto duradero en las personas
Cuando todo parece perdido, oímos una voz poderosa susurrando en los oídos de nuestra alma: “Nunca te dejaré ni te abandonaré”.
Nuestra vida no está a la deriva. Las riendas de la historia no están en las manos de los poderosos de este mundo, sino en las ma- nos de aquel que está sentado en el trono.
A lo largo de nuestra marcha, han sido muchas las veces en que Dios nos socorrió al estar acorralados en circunstancias amenazadoras.