
Todos enfrentamos tentaciones. En la escuela, en el trabajo, en casa, en nuestras relaciones.
A menudo tratamos de resistir con pura fuerza de voluntad… y fallamos. Y cuando caemos, sentimos vergüenza, culpa, o incluso que Dios nos ha abandonado.
¿Cómo podemos vencer de verdad la tentación y caminar en obediencia?
Jesús mismo enfrentó al tentador en el desierto. Y en su victoria vemos tanto nuestro modelo como nuestra esperanza.