
Aun haciendo todo “bien”, las circunstancias se vuelven más grandes que nosotros.
El miedo nos invade, nos hace dudar de nuestra seguridad y nos revela en qué estamos confiando realmente.
Muchos corren hacia cosas que prometen seguridad — dinero, control, relaciones, distracciones — pero nada puede sostener un alma.
En Mateo 14:28-33 Jesús es suficiente: incluso cuando nos sentimos hundidos, Él nos rescata, nos sostiene y nos revela quién es Él en medio del caos.