
Hay duelos que no se ven.Que no tienen nombre, ni ceremonia, ni un “cómo estás” real.
En este episodio, hablo desde mi propia herida:una pérdida que transformó mi vida.
Reflexiono sobre las frases que hieren,el valor de los silencios que acompañan,y cómo a veces lo más amoroso que podemos hacer…
es estar sin invadir.
También podés pedirme una guía escrita para profundizar o acompañar mejor.
Porque sí: lo que no se dice también duele.
Gracias por hacer crecer este espacio.
Gracias por estar ahi y escucharme.
Ana Gregorio