
¿Para qué educamos?
Esta pregunta no es técnica ni administrativa: es teleológica, es decir, busca el propósito último de nuestras acciones en el aula. ¿Educamos para aprobar exámenes, llenar vacíos o algo más?
En este episodio, exploramos cómo recuperar el sentido profundo de educar.
Desde la mirada de Aristóteles, nos preguntamos cuál es el fin de la educación: ¿libertad, ciudadanía, dignidad?
Imaginamos el aula como un espacio teleológico, donde cada actividad está alineada con fines humanos: el deseo de conocer, la capacidad de elegir, la posibilidad de convivir en lo diverso.
La propuesta es clara: recuperar la brújula ética de educar para el florecimiento humano.