Luego de la muerte de Charlie Kirk

Este sermón enseña que la verdadera madurez espiritual se alcanza al ser justificados por la fe en Cristo, quien nos reconcilia con Dios y nos da libre acceso a su gracia. Esta fe produce una esperanza firme y verdadera, distinta de las falsas ilusiones del mundo, y se fortalece mediante el sufrimiento que genera perseverancia, carácter y confianza en que Dios nos guarda incluso en los momentos más oscuros. El Espíritu Santo derrama el amor de Dios en nuestro corazón, asegurándonos su cuidado constante y guiándonos hasta el día en que veremos a nuestro Señor cara a cara.

El interrogatorio malintencionado del Intérprete de la ley. Cuando Jesús nos salva, nos asegura para vivir. Él no nos deja solo en el camino a ver si a través de nuestras obras nos podemos salvaguardar del diablo. Jesús está a nuestro lado y nos da la vida y nos cuida.

Cuando hablamos de la tradición apostólica, hablamos de la tradición en el Nuevo Testamento, hablamos del evangelio, hablamos de la tumba vacía, hablamos de que la solo la gracia nos redimió y nos salvó.

Ninguna excusa justifica el no entrar en una relación personal que le de el primado a Jesucristo.

Los milagros son siempre una señal de la autoridad y de la majestad divina. Cristo es la vid verdadera de la cual todos nos suplimos del vino de la vida.

La condescendencia de Dios cuando se revelo mediante la encarnación de Dios el Hijo es única y determinante en la redención del hombre.

Los que creemos poseemos la certeza de que siempre se cumplira lo que Dios ha revelado.

En el marco de lo ocurrido a Juan el Bautista se examina el costo de la gracia para Dietrich Bonhofer.

Con la consumación de la redención en la cruz no es necesario esperar nada más. El falso profeta William Marion Braham (el cuarto Elias) es un ejemplo del desvío por ignorar la Palabra de Dios en Cristo.

La llegada de Dios encarnado ocurre en el cumplimiento del tiempo de la profecía de Jeremías.

Es imposible ser cristiano sin una relación personal con Cristo.

Las Providencias de Dios cumplen propósitos específicos y tienen etapas y límites particulares. Providencia, preservación y concurrencia.

Dios promete una realidad en la que su pueblo no estara sujeto a las luchas de este mundo.