Dicen que la vida es una sucesión de lecciones que uno debe vivir para entender. Y nos pasamos la vida tratando de entender de que van esas lecciones. Somos buenos y malos alumnos, prueba y error hasta acertar. Aunque hay cosas que, aunque sabidas, no las aprendemos más.
Me gusta la noche. Perderme por ahí. El olor de las noches. Su ritmo. Su silencio. El despertar de la ensoñación. Y los fantasmas que sobrevuelan alrededor de todas mis confusiones.
¿Cuándo fue que escribimos en el agua este destino indisoluble?... ¿Cuándo fue que nos juramos tanto tiempo?...
¿Cuándo fue que me conformé sólo con mirarte la piel?
El mundo es azul y está lleno de preguntas. Preguntas que a veces no tienen respuestas.