
Has de adaptar el entrenamiento teniendo en cuenta estas diferencias:
Contra más edad más le cuesta a tu organismo recuperarse de los esfuerzos.
Si no das al cuerpo suficiente descanso, vas a reducir los beneficios del entrenamiento y vas a aumentar el riesgo de lesión.
Por este motivo es importante realizar mínimo un día de descanso total a la semana y más frecuencia en las semanas de asimilación (2 semanas de carga y 1 de asimilación).
Con la edad, el volumen a baja intensidad pasaría a ser un poco menos importante, aun que tus carreras sean de larga distancia.
Con la edad el metabolismo pierde eficiencia en la obtención de energía por la vía glucolítica, la cual nos permite realizar ejercicio a alta intensidad.
Por ese motivo hay que aumentar el porcentaje de entrenamiento que pasamos a alta intensidad.
Encima es una situación que beneficia a la mayoría, ya que tendrás más tiempo para tus obligaciones con el trabajo y la familia.
La masa muscular empieza a disminuir entre un 3 y un 5% por década, a partir de los 30 años y aumenta a un 7-8% a partir de los 55-60 años.
Esto afecta principalmente a las fibras de contracción rápida, el motivo por el que se pierde potencia y velocidad, pero no resistencia.
Por mucho entrenamiento de resistencia que hagas no vas a conservarlas, ya que no hay suficiente estímulo para crear una adaptación.
La solución es el entrenamiento de fuerza con cargas elevadas para mantener la masa muscular.
La recuperación entre entrenamientos no es la misma que antes y tienes que ajustarla. Quizás antes tardabas 2 días en recuperarte de un entrenamiento muy duro o competición, y ahora puedes perfectamente necesitar 3 o 4 días.
Esto se junta con el estrés de la vida diaria y el poco tiempo para entrenar, por lo que hay más variables añadidas que hay que tener en cuenta que solo el propio entrenamiento.
Conclusión, como veterano, si quieres mejorar de verdad, tienes que entrenar de forma inteligente y asegurarte de recuperar bien y escuchar a tu cuerpo, para poder asimilar el entrenamiento.