
Antes de la llegada de la energía eléctrica era más simple y dependía en gran medida de fuentes de energía tradicionales y naturales. Las comunidades se adaptaban utilizando métodos y herramientas manuales para satisfacer sus necesidades diarias. La llegada de la electricidad ha traído cambios significativos a estas áreas, mejorando la calidad de vida y permitiendo el acceso a servicios y tecnologías modernas. La luz eléctrica no estaba disponible, por lo que las personas dependían de lámparas de aceite, velas, antorchas y fogatas para iluminar sus hogares durante la noche. Para cocinar, se utilizaban fogones o estufas de leña. La leña era recolectada en los alrededores y se utilizaba como combustible para encender el fuego. La falta de electricidad también afectaba las comunicaciones. No había teléfonos fijos ni celulares, por lo que las personas se comunicaban a través de cartas, mensajes enviados por mensajeros o se reunían en persona.