1) Su campo: Tu vida es tu día y es el campo que Dios te dio para que siembres por y para tu vida. No puede ser que tu vida se convierta en un monte por descuidarla, mucho menos tu vida debe convertirse en un desierto. Tenés que sembrar y sacar frutos de tu vida y en tu vida. No puede ser que siempre comas o tengas en tu vida frutos de otros. Toda siembra implica tiempo y sacrificio. Por eso date tiempo para vos, para encontrarte en vos mismo, para saberte quién sos y dónde estás parado hoy, pero también es para enfrentarte a vos mismo y sacrificar cosas que no aportan a tu vida.
2) Cizaña: En este camino nos encontraremos con gente que genera maldad. No hay que ser siempre inocentones. Hay gente de la cual te tenés que cuidar porque puede sembrar en tu vida dolores y rencores que te pueden amargar. Recordá que la guerra es adictiva y, cuando te acostumbras a vivir entre broncas y peleas, puede que termines viviendo una vida cizañosa y constantemente buscando conflictos, guerras.
3) Crezca: Aprende a respetar el tiempo de las cosas, porque las cosas se aprenden a ver con el tiempo y a las personas las vamos conociendo con el tiempo. No te apresures a decir que tal o cual es tu amigo o amiga, y mucho menos te apresures a abrir tu corazón al primero que has conocido. Sé prudente para hablar y atento para ver y discernir a quién tenés frente a ti. Algo bueno está por venir.