
Sepa usted, malandrín, hidalgo, saltimbanqui, trovador, juglar, cortesano, dama, caballero o siervo del reino... Que el cantar de los cantares del teatro medieval, con sus justas, torneos, dramas litúrgicos, seculares, morales y farsas, le abrirán las puertas del cielo o serán justa causa para que le arrojemos, sin demora, a las temibles fauces del infierno!