
Tenemos mucha prisa en llegar a la meta, quiero ser feliz, no quiero sentir angustia, no puedo vivir así, quiero que este dolor se pase… son demandas habituales en terapia.
Es genial que podamos vernos en un futuro donde nos veamos bien, relajados, felices. Eso sí, siempre que nos arraiguemos en el presente.
Quizá hay aspectos de mi sentir o de mi pensamiento que no me gusten. El hecho que no me gusten estas partes de mí no significa rechazarlas.
Quizá esa parte de nosotros nos necesita con mucho más cariño que cualquier otra parte de nosotros y nosotras.
Si lo que no me gusta de mí, forma parte de mi existencia ¿Qué sentido tiene mirarme con desprecio?
Cómo puedo mirarme con compasión, comprensión, cómo puedo aceptar que en ese camino tengo cierto peso que va conmigo tanto si lucho contra ello como si no.
Yno os olvidéis de la frase de esta semana. Puedes dejar tu reflexión sobre ella cada semana por las redes sociales en @jorge.psicologo
O por email:
¡Qué disfrutéis del episodio!