
Hoy hablamos de un tema delicado pero de extrema importancia para todos en el que profesionales, o no, debemos implicarnos al máximo y no seguir mirando a otro lado como si fuera algo que no existe, no reconociendo y tratando el sufrimiento y las terribles secuelas que produce.
El deseo de que no exista es, una vez más, completamente legítimo, pero la necesidad de saber abordarlo adecuadamente es estrictamente imprescindible.