
Una amiga me contó su experiencia con un "date" y sin pena les confieso que sentí envidia (de la buena, ya verán por qué), ya que pasé por una situación similar a la de mi amiga y me hubiera gustado actuar diferente. Su forma de actuar y su ejemplo me regaló demasiado aprendizaje sobre la importancia de honrar mi ser y llevar el "ser yo" a otro pokenivel. Te cuento ambas experiencias, las lecciones que me dejaron y cómo tú también puedes aplicarlas en tu vida.