
exploran la naturaleza de la presencia, distinguiéndola de la atención, que siempre se dirige a un objeto. Argumentan que nuestra identidad percibida a menudo se basa en la proyección de la atención sobre pensamientos o sensaciones. La tensión física y mental es vista como una manifestación de esta creencia en la separación. Al volver a nuestra verdadera naturaleza como presencia vacía y consciente, experimentamos liberación y relajación, lo que permite que el cuerpo y la mente reflejen esta apertura y que el mundo parezca manifestar amabilidad