No podemos decir que Dios tiene el control de todo, si en verdad nosotros no dejamos que él lo tome. Hay veces que nosotros mismos queremos llevar el control de todo, y por eso es que llega el fracaso.
A veces queremos pedir y pedirle tanto a Dios para que haga algo por nosotros, cuando nosotros mismos podemos hacerlo.
Podemos orar y pedirle al Señor, pero sin fe, seria como orarle al viento.